Derechos y favores

¿Quiere el PP eliminar el derecho a la copia privada? Este artículo de El País presenta el interesante debate entre David Cierco, director general para el Desarrollo de la Sociedad de la Información, y José Ignacio Echániz, secretario de Nuevas Tecnologías del Partido Popular. Mención aparte de la posible tendenciosidad del titular, el hecho es que refleja la cuestión lanzada al aire por Cierco: ¿qué implicaciones tiene la postura contra el canon del PP?

El derecho a la copia privada está unido a su compensación, y ésta se realiza a través del canon digital. Sólo de un modo delegado puede afirmarse que estar contra el canon supone propugnar la supresión del derecho de copia; es posible proponer modos de compensación diferentes (algo que, a día de hoy, el PP no ha hecho). Pero, suponiendo cierto el silogismo, ¿qué se propone desde la bancada popular? Explícitamente, nada.

Implícitamente, se debería proponer la única alternativa jurídica al derecho a la copia privada. Mención aparte de la anarquía —habría que ver cómo está tratada la propiedad intelectual en la jurisdicción congoleña, por ejemplo—, me refiero al Fair Use anglosajón, traducible como “uso aceptable de una obra bajo copyright”. Hay mucho que desbrozar al respecto, pero es posible estar de acuerdo en que, mientras que la copia privada supone un derecho del ciudadano, garantizado por el sistema legal, y que por tanto deja en manos de un eventual demandante la prueba de culpabilidad, el Fair Use es mucho menos específico: un contrato implícito entre un autor (o cualquier parte que tenga transferidos los derechos de copia, como distribuidores o sociedades generales de variopintos pelajes) y un consumidor. Un aspecto peligroso: en caso de demanda por violación de copyright, la defensa que invoque un “uso aceptable” de la obra en litigio tiene sobre ella el peso de la prueba, lo que obliga al demandado a gastar recursos en el proceso de los que puede no disponer, sobre todo en el caso de ciudadanos particulares.

Es precisamente en jurisdicciones donde el Fair Use es ley en las que pueden prosperar demandas contra los piratas de la mula, como en el caso Capitol contra Thomas, en el que una mujer de Minnesota, Jammie Thomas, fue condenada a pagar 220.000 dólares por compartir 24 canciones en la red KaZaA. Por motivos como éste, considero que el derecho de copia privada protege mejor los intereses del público en su conjunto; otra cosa es la idoneidad de la compensación o de su forma recaudatoria, y es a este campo al que habría que trasladar el debate, ya de por si suficientemente demagógico.


Comentarios

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2 respuestas a «Derechos y favores»

  1. No me gusta el Fair Use y menos aún me gusta el canon. ¿Qué alternativas me quedan? En el hemiciclo mucho me temo que ninguna:
    El PSOE ya ha dejado claro en qué bando juega y a quién le debe favores desde las manifas contra la guerra de Irak. El PP se ha subido al carro anticanon únicamente para tener otro flanco en el que hostigar al Gobierno, sin mayor argumento. IU nos ha tomado el pelo. Y los que tenemos la desgracia de ser madrileños no tenemos un partido regionalista serio al que votar.
    Sólo espero no tener que leerme el programa electoral de Rosa Díez o de Albert Rivera, porque eso significaría que está la cosa muy malita.

  2. Espero que eso no te impida votar, aunque sea con una pinza en la nariz (como yo hago siempre). Pero quiero recalcar otra vez la utilidad de distinguir entre el derecho de copia privada y el canon digital. Uno no implicaría el otro si, por ejemplo, la entidad de gestión de derechos de autor fuera pública