Altermundos

Acabo de terminar de leer , de , “El hombre en el castillo”, en su título español. A pesar de que la es uno de mis géneros favoritos, sólo había leído otra novela del popular subgénero los-nazis-ganan-la-guerra, , de un autor, Robert Harris, cuya incursión en está temática tiene orígenes muy distintos a la ficción científica propia de Dick.

Novela coral, funciona como un tapiz de personajes conectados de formas más o menos difusas a través de una línea temporal en la que Roosevelt (, no Teddy) muere asesinado antes de poner en práctica su New Deal frente a la Gran Depresión del 29. Estados Unidos se enfrenta así a la guerra una década más tarde desde un punto de partida más débil y aislacionista, lo que lleva a su derrota a manos de una pinza germano-japonesa. Al final de la contienda en 1949, el antiguo territorio de los EE.UU. ha sido dividido en un protectorado japonés occidental, unos “Estados de las Montañas Rocosas”, pobres y dependientes del comercio de baratijas con sus vecinos del oeste, ocupantes japoneses obsesionados por las reliquias de la antigua cultura americana, y unos reducidos Estados Unidos controlados por un gobierno títere filonazi, al estilo de la .

La evolución de la línea temporal de un 1964 en plena guerra fría entre Alemania y Japón es interesante, aunque quizá me llama más la atención que la trama se articule alrededor de una recursión, una novela de ficción histórica “interna” llamada La langosta se ha posado, escrita por un tal Hawthorne Abendsen, el putativo “hombre del castillo”, alter ego del autor y (¿spoiler?) macguffin-pero-no. La langosta discurre en una línea temporal alter-alternativa, en la que alemanes y japoneses han perdido la guerra de un modo diferente al de nuestro mundo real (?). Así, la contingencia de la siempre mal capitalizada Historia se revela con una intensidad poco común, y con ella la desasosegante impresión de que las distintas líneas temporales son más permeables de lo que querríamos creer. Si añadimos a esto una critica feroz del historicismo como fuente de significado (¿qué diferencia hay entre el rifle que mató a Kennedy y otro igual, pero que estaba en un armario aquel día?) y un par de pinceladas alter-históricas estremecedoras y excesivas, tenéis una novela para recordar durante mucho tiempo.

Sólo me queda añadir un detalle. Si planeáis leer la novela y —como yo— no habéis visitado nunca , lugar donde transcurre gran parte de la acción, tened muy en cuenta el siguiente dato:

San Francisco Embarcadero Freeway
San Francisco Embarcadero Freeway, foto de vision63.

La autopista del Embarcadero () fue demolida en 1989 después, en parte como consecuencia del , aunque la relación de la ciudad con este gigantesco escaléxtric (reíos del de la ex-Glorieta de Atocha, en Madrid) siempre fue complicada desde su construcción treinta años antes, en 1959. O no.