Toma pregunta*. Jugando con un aparatejo para aprendices de sabihondo (el Globo Interactivo LeapFrog™) mi niño preguntó algo así. Con un lápiz se puede tocar cualquier lugar del globo, y con un dial se selecciona qué información se desea sobre el país indicado, por ejemplo, fragmentos musicales típicos (los de España son raritos: una cosa que parece una seguidilla, un fragmento de la Marcha de Granaderos y ¡un tango!) Es divertido seleccionar “música” y pulsar en lugares poco probables, como la Antártida o el Mar del Norte. Según mi hijo, lo que se escucha debe ser el himno de las sardinas. Naturalmente, no sale el himno de Hawái.
Mi primera reacción fue pensar que Hawái, como parte de los EE.UU., no tendría himno propio. Luego recordé que el Asturias patria querida es un buen contraejemplo, y me propuse visitar a mi amiga la Wikipedia para resolver la cuestión. Lo que descubrí me dejaría patidifuso, digno de un perdido episodio chanante del Cosmos de Carl Sagan. Resulta que —como era de esperar— los estados de los EE.UU. tienen himno, y el de Hawái se llama Hawaiʻi Ponoʻī. Lo podéis escuchar, interpretado diligentemente por vuestra tarjeta de sonido, si pulsáis el enlace anterior (advertencia: puede provocar somnolencia, mala hostia o ambas cosas a la vez).
Tamaña obra cumbre de la música centro-pacífica fue refrita a partir de un himno prusiano que sobraba, algo llamado Heil Dir im Siegerkranz, con letra del mismo rey Kalākaua I, de nombre completo David Laʻamea Kamanakapuʻu Mahinulani Nalaiaehuokalani Lumialani Kalākaua-a-Kapaʻakea. Quién sabe si la escribiría durante su visita oficial a la España de las zarzuelas en 1881 (y aunque no un testimonio directo, aquí hay pruebas del hecho dejadas con cierto retintín humorístico-racista por un bloguero de la época, Pedro de Prat: La Ilustración Española y Americana, año XXV, nº 32, del 30 de agosto de 1881). En fin, aquí el estribillo de la pieza, que es a lo que íbamos:
Makua lani ē,
Kamehameha ē,
Na kāua e pale,
Me ka ihe.
Si sois de mi generación, el no entender ni papa de hawaiano no os habrá impedido reconocer una palabra. ¿Chicas bailando hula con falditas de palmera, collares de flores y lanzando ondas vitales a diestro y siniestro? He ahí una imagen que no querría perderme. Resulta que kamehameha se refiere al nombre del primer rey de Hawái unificado, Kamehameha I el Grande, también llamado Kalani Paiʻea Wohi o Kaleikini Kealiʻikui Kamehameha o ʻIolani i Kaiwikapu kaui Ka Liholiho Kūnuiākea. Este gran hombre (literalmente) hizo la guerra por todo el archipiélago hasta conseguir formar un estado unificado, fácilmente asimilable por la primera potencia que pasara por allí. El cruce de cables de la Historia ocurrió cuando el maestro Toriyama se fue de vacaciones a Hawái con el proyecto de lo que sería Dragon Ball en la cabeza. Casualmente, kame en japonés (亀, o かめ en hiragana) significa “tortuga”. Como en japonés es muy fácil encontrar algún sentido para un montón de sílabas escritas al azar, transcribió el nombre del casi mítico rey en かめはめ波, “gran ola de corriente tortuga”. Lo de “onda vital” vendría de la mano de uno de los no menos míticos traductores de cine y series de televisión españoles.
Nota: No, no es la banda sonora de Perdidos. Todavía.