Bilingües 4: A New Hope

Está claro. La Consejería de Educación del gobierno que preside la señora doña , no pretende que los hijos de los madrileños aprendan inglés en sus colegios públicos bilingües, sino alguna otra cosa. Yes, we want? Hoy la horda de medios no afectos (éste y éste, básicamente) se desayunan con los comentarios de varios filólogos e incluso del famoso señor Vaughan acerca de la transitividad del verbo “to want” en inglés, y de cómo por tanto requiere un complemento directo, susceptible de abreviatura hasta la forma “to”. Yes, we want to es el equivalente a “sí, queremos”. Pero ¿desde cuando la gramática o la ortografía han arredrado a los buenos publicistas, casta de gentes que cuenta en sus filas a los que nos trajeron la nueva y destildada “Telefonica”? Lo que dan de sí 200000 eurazos, oiga. Pero no me creáis a mí, nazi gramatical irredento, leedlo en este panfleto republicano: Aguirre gasta dos millones en vender su bilingüismo – Público.es.

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Ya he repetido varias veces desde mi cajita de arengar que el bilingüismo es una cosa muy seria, amén de técnicamente imposible de conseguir para nuestros queridos retoños mediante retoques en la forma de dar las clases. Hay una forma más barata de alcanzar la gloria bilingüe, y hasta de hacerlo en más idiomas: crear un programa de fomento de la expatriación (y otra más: vender Madrid como resort vacacional a las huestes de Merkel para pagar la deuda; podríamos llamar a la operación Blitzspaß, y acabaríamos bilingüizados en alemán, que total también tiene su prestigio). Me dicen que hay otros colegios donde la enseñanza es en inglés —salvo la lengua castellana—, e impartida por profesores anglosajones; pero también me dicen que no sólo no puedo pagarlos, sino que ni tan siquiera puedo soñar con pagarlos. Con mi parte proporcional de impuestos, visto está, alcanzo a costear un sucedáneo de inglés igualito a las huevas de lumpo, que se parecen al caviar si la rinitis alérgica y el astigmatismo se ensañan lo suficiente. El inglés esperanzado es indistinguible del original… si no sabes inglés. Yo sólo soy un sufrido padre, hijo de la generación que corrió en bloque frente a los grises y expulsó del país a Paco y sus pacofranquistas (en el Universo Alternativo #1404), así que entre tanta justa lucha mis progenitores no pudieron legarme el don del bilingüismo. En la misma penosa situación se encuentra el 99,4% de los padres —porque siempre hay alguno que viene a fastidiarte la unanimidad anecdótico-estadística.

Por eso se agradece que los dineros públicos también den para que podamos aprender algo los padres. Yes, we want, aunque sea el sucedáneo. Los carteles de las puertas del cole están en inglés. Los menús del comedor, también. Por cierto, ¿sabéis como se dice en inglés esperanzado “mero”, el pez? Mere. El próximo martes 27 mi hijo se comerá “un mero filete” de segundo plato. Cuánta modestia.

brucknerite