Twitter en Android (y 2)

¿Por dónde iba? Ah, sí. Estaba revisando clientes de Twitter para Android, y me había quedado exactamente aquí:

Twicca

En beta permanente, Twicca se ha ganado una reputación —merecida— de cliente limpio y ligero. Tiene un widget elegante. Sin contenido (sólo botones de acción), pero elegante. Mucha de su funcionalidad está disponible a través de plugins, lo que al menos en teoría permitiría hacerse un cliente a medida. Sin embargo, lo único que puede escogerse a estas alturas es el soporte para compartir mensajes en algunas plataformas diferentes de Twitter, algunas de ellas poco conocidas en este lado del globo. Flickr está entre ellas, caso único.

Twicca está en inglés, lo que podría verse como una bendición vista la calidad imperante en las traducciones de las demás aplicaciones. Sin embargo, lamento deciros que los textos de la interfaz de Twicca también son una traducción… del japonés. Todo el que tenga interés en saber cómo se las gastan en el país del Sol Naciente con el inglés, por favor proceda a visitar www.engrish.com. Si os vais no es probable que os vea de vuelta por aquí: es más fácil ahogarse de la risa. Lo de Twicca no es tan serio, pero hay varios WTFs sueltos por ahí.

Quizá ahí esté el origen de mi principal problema con Twicca. No conseguí que el programa distinguiera entre notificación y refresco. Yo quiero (como casi todo el mundo, creo) que mi cliente de Twitter cargue los nuevos mensajes cada cierto tiempo, pero que sólo me avise si hay alguno dirigido a mí. Twicca o bien avisaba de todo lo que le iba entrando, o bien no cargaba nada (a menos que hubiera alguna cita o mensaje directo en el timeline desde la última vez que refrescó). Frustrante, aunque —insisto— puede que fuera culpa mía. En cualquier caso, si no tengo la inteligencia suficiente para usar un programa, es obvio que no debo hacerlo. Veredicto: fuera.

Touiteur

He sido usuario de Touiteur durante meses, y he comprado la versión de pago. Se trata de un cliente muy solvente y equilibrado, aunque está en pleno proceso de featuritis acumulativa que le hace ser cada vez más pesado. Hace muy poco, sus desarrolladores decidieron añadir una fila adicional de botones al diálogo para componer tuits, con consecuencias funestas: si estás enviando un mensaje directo, entre la barra de estátus del sistema, los botones de arriba, el campo con el nombre del mensajeado, los botones de abajo, el control de despliegue del diálogo (es como un cajón con tirador) y el teclado virtual, queda exactamente un renglón para el mensaje. Ya sé que Twitter va de ser breves y tal, pero esto es demasiado.

Por demás, permite previsualizar imágenes en el timeline, ofrece autocompletar dinámicamente los hashtags según los vas tecleando —esta característica, aunque útil, puede colisionar con el sistema de autocompletado del teclado que tengas— y tiene los widgets más austeros del mercado: los botones de acción son invisibles, y un diálogo especial de ayuda te cuenta dónde hay que tocar para cada cosa. Al final, la mitad de las veces que quiero abrir la aplicación acabo actualizando los tuits, o viceversa.

Aunque la apariencia gráfica de esta aplicación y su interfaz me parecen de lo mejor, me cuesta asumir que está empeorando con el tiempo. Una buena arquitectura que permitiera plugins y algunas mejoras en su diálogo de composición de mensajes arreglarían todos los problemas, pero, estando como está, me temo que no seguiré usándola. Veredicto: paso.

Seesmic

No sé por qué tardé tanto en probar este cliente. Quizá el icono me echaba para atrás: ¿qué tiene que ver un mapache con Twitter? Si acaso, una ballena. El caso es que me ha sorprendido agradablemente. Una interfaz sencilla y sin pretensiones, con una interactividad algo más tradicional que la de Touiteur —y algunas pulsaciones de más, por ejemplo, para navegar a un enlace en un tuit, que requiere antes ir al diálogo de vista de detalle. El único control extraño lo explica la aplicación mediante un diálogo la primera vez que se configura una cuenta: la barra superior de título sirve para navegar al primer tuit del timeline. Problema: es muy estrecha, y es fácil pulsar en su lugar sobre la barra de estátus, desplegando las notificaciones del sistema —con el consiguiente mosqueo. Problema (2) y principio fundamental del diseño de interfaces de usuario: si te lo tienen que explicar, no está bien.

El widget que trae es muy mono, pero lamentablemente el espacio que deja para el carrusel de tuits es tan pequeño que, a pesar del minúsculo tipo de letra, la mayor parte de los tuits no caben. Hay un problema más serio: no hay modo de ver en el timeline quién ha retuiteado algo. Sólo se ve el tuit de alguien a quien no sigues, y un pequeño indicador de RT: hay que entrar en la vista de detalle del tuit para ver quién lo manda, aunque esa información sea casi siempre tan importante como el contenido del tuit en sí mismo. La solución de Twicca es la más clara (y la que más ocupa), y Touiteur lo resuelve mejor que ninguno convirtiendo el avatar del retuiteador en un badge del icono del retuiteado.

¿Veredicto? Qué queréis que os diga.

TweetDeck

El último en llegar es (quizá) el más intrigante. Tweetdeck es el líder indiscutible en el otro lado (en iPhone/iPod/iPad, que hay que decirlo todo), y por fin se ha decidido a echar un tentáculo amarillo hacia el androide, aunque todavía es una beta restringida. No está en el Market, sino que hay que acudir a la página Android TweetDeck Beta Preview y registrarse. Te envían un correo con un enlace en el que te informan de los pasos que debes dar para instalarte el paquete .apk directamente desde su web; los pasos son válidos para quien no tenga un instalador independiente de aplicaciones, pero si tenéis un explorador tipo Astro o Linda no creo que sea necesario instalar el programita previo que piden (tAttachApkInstaller), que sólo sirve para instalar paquetes de aplicación descargados directamente.

TweetDeck en Android es todavía una beta, y se notan algunos fallos en lo que concierne a la gestión de contactos: no he conseguido que cargue los avatares de mis seguidos/seguidores. Pero la interfaz es rápida y elegante, y de momento no he encontrado nada serio que achacarle. El modelo de “columnas”, que son diferentes timelines (por defecto, el principal, el de menciones y el de mensajes directos, aunque se pueden añadir otras columnas con listas o búsquedas) se aplica tanto a la visualización de tuits como a la configuración de notificaciones; cambiar entre columnas es un placer. Basta con un rápido arrastre horizontal del dedo, como quien pasa páginas. El único cliente que ofrece algo similar es Touiteur, pero lamentablemente el cambio es bastante más lento.

TweetDeck viene con tres widgets: uno para componer mensajes sin entrar en la aplicación (4×1), otro (muy básico) con un botón por cada “columna” que se ilumina cuando hay actividad (también de 4×1) y otro más para ver un resumen de las columnas configuradas, y que permite seleccionar una para ver los (2) últimos tuits (éste, de 3×3). Si este widget fuera scrollable (lo siento, ¿cómo digo eso en castellano?) sería perfecto. Tampoco estaría mal que fuera más grande, de 4×3 o 4×4 y que mostrara más tuits. De cualquier manera, los widgets son tan elegantes como el propio programa.

¿Y bien? Me quedo con éste. Merece la pena seguir sus progresos, y yo me merezco un descanso de tanto cambio y tanta prueba. La beta es espectacular, se publican versiones actualizadas con frecuencia (pega: hay que hacerlo a mano; consejo: seguir a @TweetDeck). Parece que podré vivir con los errores que tenga hasta que esté disponible la versión definitiva. ¿O no?