Don Aurelio Abancens López, doctor ingeniero industrial, es sin duda una mente metódica y organizada. Así al menos lo conocían sus compañeros del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Guipúzcoa (COIIG) hasta el año de su jubilación, 1993. Fue entonces cuando, gracias a la fortuita circunstancia de un curso de cocina impartido por su colegio, el ingenieril cerebro de D. Aurelio se prestó a la tarea de adaptar los métodos de toda una vida de cálculos y razonamientos lógicos al mundo de los fogones.
El resultado, en forma de libro, ha llegado recientemente a mis manos a través de mi compañera Gema, ingeniera y curiosa como yo; aunque no está dispuesta a revelar sus fuentes, Google no defrauda. “Así cocino yo — la cocina de cada día” es un pequeño tomo editado por la sociedad gastronómica Ernio, que contiene 90 recetas de cocina de trote. No destaca precisamente por la pretenciosidad del contenido: hay grandes clásicos de la cocina española como el pisto, la sopa de ajo, el marmitako y el cordero asado. Sorprende levemente la inclusión de platos “de nivel cero”, por llamarlos de algún modo: huevos duros, fritos o arroz blanco. Pero lo extraordinario de este libro es el formato de las recetas.
Hay libros de cocina elemental, cocina de autor, cocina novelada o cocina ilustrada con fotografías. “Así cocino yo” describe sus recetas mediante diagramas de flujo simplificados, similares a los grafos PERT tan queridos por ingenieros de todo el mundo. Además, no supone en sus lectores conocimiento alguno de cocina. Todos los ingredientes, los procesos, las cantidades y los tiempos están descritos con un nivel de detalle tal que hace pensar en que la audiencia que debía tener en mente D. Aurelio debía ser extraterrestre… O bien compuesta en su totalidad por ingenieros.
Me he tomado la libertad de extraer la página correspondiente a una españolísima receta muy apropiada para los calores estivales: el gazpacho. Podéis estar seguros de que si ejecutáis los pasos que especifica D. Aurelio al pie de la letra, igual que lo haría un autómata finito sacado de la fábrica y puesto a cocinar, os saldrá un gazpacho estándar a 25 Celsius de temperatura y 1 atmósfera de presión. ¡Que lo disfrutéis!

Una receta de cocina sin manchurrones de grasa se ve muu rara… je
Eso es lo que le falta al libro: un diagrama de flujo para echar los manchurrones. Debe ser por eso que no tiene ninguno 😉