Veinte años después de su disolución formal, el último reducto de la Unión Soviética parece disfrutar de una salud excelente. El dominio de internet .su asignado por la ICANN (Internet Corporation for Assigned Names and Numbers) a la URSS en septiembre de 1990 quedó huérfano y listo para su liquidación apenas 15 meses después. Este año ha alcanzado los 100000 «habitantes».

¿Por qué .su se resiste a desaparecer? Otros dominios nacionales de países extintos sí han sido borrados del mapa (virtual): en 1993 desapareció .cs, correspondiente a Checoslovaquia, sustituido por .cz para la República Checa y .sk para Eslovaquia. En 1997 Zaire cambió su nombre por el de República Democrática del Congo, y en consecuencia su dominio (.zr) pasó a ser .cd. Bastante más tardó .yu, el dominio de la extinta Yugoslavia, que no siguió el camino del dodo hasta 2009, dos años después de la ruptura entre Serbia y Montenegro —y a pesar de quedar alrededor de 4000 sitios que no habían realizado la transición a alguno de los nuevos dominios nacionales. Increíblemente, .su siguió adelante, aunque con un número testimonial de sitios registrados.
Como respuesta a las continuas iniciativas promoviendo su desaparición por parte de la ICANN, el gestor del dominio .su —el Instituto Ruso para el Desarrollo de las Redes Públicas (ROSNIIROS)— abrió al mundo entero la posibilidad de registrar nombres. El precio, sin embargo, era muy elevado con el objetivo oficial de desanimar los registros oportunistas. A finales de 2006 la ICANN lanzó un órdago en forma de consulta pública para la eliminación de dominios obsoletos, con el punto de mira fijado definitivamente sobre .su. Tanto ROSNIIROS como una creciente comunidad «soviética» en internet rechazaron vehementemente esta iniciativa. Como parte de esta «pequeña guerra fría virtual», en 2008 el precio del registro fue rebajado hasta los 25 dólares, momento en el que comenzó una explosión de usuarios. La «población» de la Unión Soviética virtual aumentó hasta los 90000 habitantes en apenas un año. Mientras, ICANN sigue listando el dominio .su como «a extinguir».
El crecimiento de .su desde 2009 ha sido más pausado, pero sostenido. Registrar un dominio .su tan solo requiere de una copia de un pasaporte u otro documento de identidad y cuesta unos escasos 600 rublos al año (15 euros, al cambio actual). Esta facilidad de registro y un menor control ha ayudado a establecer allí su residencia virtual a unos nuevos inquilinos poco deseables: la cibermafia. Abuse.ch, un prominente blog suizo dedicado a asuntos de seguridad en la red, recomienda que se bloquee el dominio completo en proxies y firewalls para evitar riesgos. ¿Será este el último asalto para borrar del mapa los restos de la Unión Soviética?
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