¿Cuál es el colmo de un teléfono inteligente? Que sea capaz de terminar lo que un genio de la música no concluyó: nada menos que la Octava Sinfonía de Schubert, también conocida por su algo obvio sobrenombre, Inacabada. Dos famosísimos movimientos seguidos de… Nada. ¿O no? […]
En estos días parece que la inteligencia artificial es ya capaz de cualquier cosa. Preparar traducciones aceptables, inventarse caras de gente que no existe, ¿terminar una sinfonía «inacabada»? Nada es tan sencillo —o como diría mi padre, «todo es mentira». Repasemos la historia de esta maravillosa sinfonía de Schubert y de los intentos de los estudiosos de la IA para extraer sonidos creativos de algoritmos en «¿Está Schubert? Que se ponga» (en Naukas, cómo no).
Adenda
Tras la publicación del artículo tuve la alegría de interaccionar con @signoresalieri, quien me puso en la pista de David Cope, cuyos tempranos experimentos con polifonía algorítmica no conocía. No os perdáis su álbum pionero Bach by Design, en Spotify. Hay más, pero ya los dejo como ejercicio para aquellos más deseosos de torturaros con la frialdad de la máquina —aunque creo que hay compositores humanos peores. También recomienda, para iniciarse en más maravillas schubertianas, las interpretaciones de Frans Brüggen (que conocía) y de Jos van Immerseel (que no). Encantado de seguir el criterio de un entendido. ¡A disfrutar!