El partido de los que creemos que el añil es un invento

Disfruté mucho con La lira desafinada de Pitágoras, de Almudena M. Castro, y ya lo comenté por Twitter…

https://twitter.com/brucknerite/status/1560638263622307840?s=20&t=uTrbKfhRtyiNcnpLRr_d4A

… pero me quedó pendiente rescatar un texto de hace doce años sobre los colores del arco iris. ¡Resulta que Almudena, como cuenta en su libro, también piensa que el añil es un invento!

Sin más, aquí lo tenéis:


¿Cuántos colores tiene el arco iris? Si lo pensamos un momento, diremos que siete. Si lo pensamos algo más, dejaremos de estar seguros. Recuerdo que, en mi niñez, pensaba que el añil era un invento extraño. ¡Yo sólo veía azul! Nadie le explica a un niño que la naturaleza, al menos hasta que uno baja a la loca escala cuántica, está llena de medias tintas. Si yo había decidido ver seis colores, ¿era más pobre mi arco iris que el de Newton?

, alquimista de profesión y físico en sus ratos libres, veía colores en los rayos de luz mientras hacía sus famosos experimentos con prismas. Newton hacía física moderna sin saberlo: desde su punto de vista, continuaba una tradición de experiencias con la luz que se perdían en los anaqueles de abstrusos libros de alquimia. Los “paraísos de los tontos”, como los llamaban, podían fabricarse con cristales de tres lados bien tallados y un poco de luz en una habitación oscura, o de una forma más sencilla aún: con una buena redoma transparente y llena de agua. Después de todo, el modo de crear un arco iris era bien conocido al menos desde los tiempos de Aristóteles. La cuestión de cuántos colores tenía el arco iris estaba un tanto menos clara.

veía tres. Así lo dejó plasmado en su Meteorologica: rojo, verde y azul. ¿Tenía Aristóteles algún tipo de trastorno visual? No hay nada que haga suponer que fuera así. Lo que sí tenía era una propensión cultural a considerar que tres era un número sagrado. No en vano el dramaturgo ya había establecido antes sus tres colores del arco iris… Púrpura, verde y amarillo.

Por la misma época, fundó otra corriente de pensamiento que asociaba colores a los elementos tradicionales. Siguiendo esta tendencia, cierto teólogo medieval de nombre Rabanus Maurus (¿en serio, rábano negro?) resolvió el espectro en cuatro colores. En palabras de un teólogo posterior, Honorio de Autun:

De cœlo igneum, de aqua purpureum, de aere hyacinthinum, de terra colorum gramineum trahit.

“Ígneo” por el cielo, “purpúreo” por el agua, “jacintino” por el aire y “gramíneo” por la tierra —imaginación no faltaba en la Edad Media. Unos siglos más adelante , cuya obra Newton debió conocer, popularizó la noción de los cinco colores en su Opus Majus. Los romanos, encabezados por , ya veían cinco colores en el arco iris (púrpura, violeta, verde, naranja y rojo); sin embargo, Bacon se conformó con los tres colores aristotélicos, a los que añadió el blanco y el negro. Cómo podía estar viendo el blanco y el negro en un arco iris es un misterio que dejó para generaciones venideras.

El primer ser humano en referir siete colores en el arco iris parece haber sido en su Divina Commedia. Sin embargo, la visión dantesca (qué adjetivo más maltratado) no especifica qué colores veía —tan sólo su número. Newton experimentó sin descanso para aislar los colores mediante prismas y rendijas, pero no le fue posible aislar nada en una escala que es fundamentalmente continua. Sin embargo, y aunque quizá convencido racionalmente de la existencia de infinitos colores, Newton publicó en su Opticks la secuencia que quedaría fijada para la posteridad: rojo, anaranjado, amarillo, verde, azul, añil y violeta. ¿Concesión a su faceta mágica? Nada mejor que los colores para plasmar la armonía de la naturaleza, como notas en una escala.

¿Cuántos colores tiene el arco iris? La respuesta es una cuestión cultural, no científica. Dicho de otra forma: los que quieras.


Bibliografía: The Colors of the Rainbow in Snorri’s Edda, Kirsten Wolf, Maal og Minne, 2007.