La nave Psyche de NASA se aproxima al asteroide 16 Psique en esta recreación artística.

Explotar el espacio

La transición energética de los combustibles fósiles a la electricidad requerirá disponer de más metales escasos. ¿De dónde saldrán? Incluso las proyecciones que suponen tasas de reciclado muy elevadas y un uso óptimo de la energía, asumen un incremento brutal en las operaciones de minería. Justo lo que necesitábamos: para proteger el medio natural, tenemos que destruirlo. Pero ¿no hay ahí fuera asteroides hechos de metal, listos para su explotación?

Una tonelada de oro extraída de un asteroide como 16 Psique, hoy, no tiene precio. En el sentido de que no está en el mercado, y por tanto no es posible saber a ciencia cierta cuál sería el precio que alcanzaría. Se han hecho simulaciones, sin embargo. Uno de los resultados más inmediatos es que las economías de los países que dependen de la extracción de estas materias primas se hundirían. Sudáfrica lo pasaría muy mal, pero tendría una posibilidad, dado su producto interior bruto, de reorientarse a la minería espacial. Zimbabue no. Y así tanto otros.

Las consecuencias para la economía global de un éxito en la minería de asteroides son extremadamente disruptivas, en el peor de los sentidos. Ni siquiera sería posible financiar operaciones mineras en el espacio ante la falta de certidumbre de los precios del mineral puesto en el mercado. Las compañías privadas pueden intentar mitigar estos efectos de una forma sencilla, sin embargo: racionando sus resultados. Es decir: introduciendo en el mercado metales poco a poco, con el objetivo de que su valor no se hunda y poder así ofrecer rentabilidades más estables a sus inversores.

Que un plan así funcione requiere que sea creíble. Que haya una o un puñado de compañías trabajando en el espacio lo hace más fácil: ¿quién será el verificador que compruebe que el rendimiento de la operación es el que la empresa afirma y no otro? Este puede ser el comienzo del cártel de todos los cárteles. El cártel definitivo.

Un cártel, además, que no está claro que las autoridades deban desmantelar. Evitar un impacto disruptivo en la economía mundial puede ir en el mejor interés de todos. Pero sí deberíamos intentar que prevaleciera un principio de equidad. Los países que han puesto sus recursos en el mercado lo han hecho a un precio muy alto para sí mismos, de destrucción de su entorno y de atraso para su población, y merecen reparaciones. No es posible organizar una operación exitosa de minería en el espacio sin contar con toda la capacidad inventiva y productiva del planeta Tierra.

La épica del emprendedor, aquí, se queda ridículamente corta: ¿quién podría afirmar con éxito que un puñado de platino traído de un asteroide «es» de una sola persona? ¿O incluso, de una sola empresa? Ya estamos asistiendo a la apropiación de la órbita baja terrestre por una sola persona, que, en caso de accidente y síndrome de Kessler mediante, puede detener el progreso del ser humano en el espacio por décadas o incluso siglos.

El síndrome de Kessler, explicado en Kurzgesagt. (Vídeo: Kurzgesagt)

Por ello, creo que las operaciones de minería asteroidal tendrían que ir financiadas mayoritariamente por fondos públicos. Un control gubernamental estricto, a través de la UNOOSA es la única forma de que las riquezas del espacio reviertan, de una forma racional y controlada, en toda la población del planeta.

Dado que sin estos metales nunca podremos hacer una transición energética adecuada, estamos obligados a intentarlo en el espacio. Será extremadamente difícil desde un punto de vista técnico. Muchos dicen que imposible. ¿Por qué no entonces soñar con un andamiaje institucional adecuado, uno que no deje en la pobreza más absoluta a países ya pobres, uno que compense los daños del pasado y que reparta la riqueza del futuro?

Neil DeGrasse Tyson dijo que el primer trillonario sería el dueño de una empresa espacial. Tiemblo al pensar en la lista corta de candidatos. Pero tiemblo más por un futuro en el que la «disrupción» de la economía se suma a la del clima. Puedo aceptar que existan los homólogos futuros de Bezos, Musk y demás, sin embargo, si hay un estado fuerte que controla, con puño de platino, la distribución de la riqueza venida del espacio.

Quizá es así como termina el capitalismo… en la Tierra: con una economía de la abundancia que dedica sus recursos ingentes a asegurar vidas felices para cada uno de los habitantes del planeta. Y para quien quiera aventura y frontera… ¿El espacio?

arstechnica.com/science/2023/1


Nota original en el Mastodón de @brucknerite (podría haber sido borrada).

Comentarios

2 respuestas a «Explotar el espacio»

    1. Ya ha pasado antes, y no sé por qué es (aparte de la obviedad, que es un fallo del plugin de ActivityPub). No ocurre en todos los navegadores.

brucknerite