Este artículo es la cuantificación que siempre he querido ver: los costes marginales de cada kilovatio-hora de origen renovable añadido a la red van disminuyendo hasta alcanzar un mínimo alrededor del 60 % de penetración de renovables en la potencia instalada. Si se supera, vuelven a subir. Sin embargo, ese coste no supera al de la energía de origen fósil —gas natural, para entendernos— hasta alcanzar ¡un 90 % de penetración!
Esto significa que un mix de generación eléctrica 90 % renovable es viable con la tecnología existente hoy, sin incurrir en costes superiores a los del gas. Las cifras concretas del análisis que reseño son válidas en Estados Unidos. En España pueden variar, pero las condiciones de la tecnología y del mercado —y, sobre todo, los costes de la energía eólica y fotovoltaica— son iguales o similares, por lo que es de esperar que aparezca la misma curva de costes marginales para la renovable, aunque quizá el mínimo y el punto de corte con los costes del gas estén en ubicaciones algo distintas.
¿Qué hacer con el 10 % restante? El problema para seguir aumentando la penetración de las energías renovables a partir de ese punto es múltiple. Para empezar, las mejores ubicaciones de generación ya estarán ocupadas. Además, la variabilidad inherente al viento y al sol tienen un impacto creciente —no queremos que unos cuantos días de invierno con cielos cubiertos y poco viento detenga el país—. Esto se evita instalando potencias cada vez más altas y más geográficamente diversificadas para extraer cada kilovatio-hora adicional, a factores de carga cada vez más pequeños.
Podemos asumir que el «cero neto» en emisiones de CO₂ asociadas a la generación eléctrica no se va a alcanzar. Una opción válida sería mantener un 10 % de generación nuclear de respaldo, configurada para hacer seguimiento de la demanda (algo que actualmente no se hace en España). Sería menos de la mitad de lo que tenemos instalado hoy. ¿O podríamos, simplemente, gastar menos? No solo podemos, sino que debemos optimizar todos los procesos productivos. Pero la electrificación del transporte y de los sectores económicos que dependen masivamente de la disponibilidad de energía térmica, como el metalúrgico o el cerámico, indica que es poco realista fiar el plan a una disminución neta de la potencia consumida. Una mayor incidencia de sequías va a venir aparejada con un aumento de la demanda para desalación de agua marina. Un aumento de las temperaturas medias, con un mayor uso de climatización y refrigeración.
Pero lo importante es que es posible, y es posible alcanzar niveles impensables hace apenas veinte años en la intensidad de las renovables con tecnologías de hoy. Sin proyecciones al futuro. Sin innovación. Tiene delito que precisamente yo diga eso.
Vamos.
#leyendo https://www.theclimatebrink.com/p/is-renewable-energy-cheaper-than #by @rahmstorf #@via @wolfgangcramer
Nota original en el Mastodón de @brucknerite (podría haber sido borrada).