Cuatro personas, tres hombres y una mujer, miran con aprensión una pata de mono disecada (fotograma de película antigua en blanco y negro).

La maldición de la pata de mono (1/3)

A continuación os dejo con una versión en texto de la charla que ofrecí durante el pasado Naukas Guardo 2024, el pasado día 27 de abril. La charla original duró veinte minutos, y esta versión está basada en el guion que redacté para prepararla, por lo que no es exactamente igual que lo que pudo oírse en el auditorio de Guardo. Sin embargo, es lo suficientemente fiel. La publico en tres partes consecutivas debido a su longitud. Espero que os resulte interesante.

Portada de la charla de Naukas Guardo 2024, con el nombre del evento, el conferenciante Iván Rivera, su dirección en Mastodón (@brucknerite@social.brucknerite.net) y el nombre de la charla, La maldición de la pata de mono. De fondo, un televisor antiguo al estilo del clásico de Los Simpson con un fotograma de la serie en el que Bart Simpson sostiene una pata de mono. Detrás, un tren de alta velocidad de la serie 102 de Renfe sale de una estación.

Dicen que el destino es un bromista con muy mala uva. A todos nos gustaría que se nos cumpliera algún deseo, ¿verdad? Pero ¿y si ese deseo tuviera consecuencias que no hemos podido prever?

Cuatro personas en blanco y negro miran una pata de mono pequeño, disecada. Charla "La maldición de la pata de mono", Naukas Guardo 2024, diapositiva 2.

Quiero empezar contándoos una historia. Una historia que quizá a los millenials entre la audiencia os suene más de la versión de Los Simpson en uno de los primeros episodios de «La casa-árbol del terror»1. Pero el cuento del que proviene es un poco más antiguo. Se llama «La maldición de la pata de mono»2, y lo escribió William W. Jacobs a principios del siglo pasado.

Es una noche ventosa y desapacible…

El sargento mayor Morris llega a casa de unos conocidos, los White. Un matrimonio mayor y su joven hijo. Humildes y honrados. Morris está traumatizado por su experiencia en el frente de la India. Cuenta que su desgracia proviene de una pata de mono momificada. Cuenta que la pata fue hechizada por un faquir. La pata de mono concedería hasta tres deseos a su propietario, pero lo haría con ironía.

Morris empezó a sentirse agitado por el recuerdo de su experiencia en el frente. Allí se vio envuelto en una escaramuza, en plena montaña, llevando aquella pata de mono encima.

Deseó salir victorioso.

Poco después, se desencadenó un alud. Todos murieron, enemigos y compañeros, menos él. ¿Hizo algo la pata?

No lo sabía, pero en un arranque de furia, la sacó de la caja que la contenía e intentó lanzarla al fuego.

Pero el señor White la rescató, pensando que quizá, si se le pedía algo suficientemente humilde y simple, las consecuencias podrían no ser terribles.

Vista oblicua de una superficie cubierta por completo de billetes británicos, desordenados. Charla "La maldición de la pata de mono", Naukas Guardo 2024, diapositiva 3.

El señor White pidió las 200 libras que necesitaban para terminar de pagar la hipoteca de la casa.

El dinero no apareció.

Morris se tranquilizó y la velada terminó sin más contratiempos. Quizá la historia de la pata de mono era mentira, y lo que le sucedió al sargento mayor Morris, simple mala suerte.

Fotografía en blanco y negro de dos personas trabajando en una fábrica de principios del siglo XX. Charla "La maldición de la pata de mono", Naukas Guardo 2024, diapositiva 4.

Al día siguiente todo parecía normal. El hijo de los White marchó a trabajar como todos los días a la fábrica. Pero unas horas más tarde un mensajero llegó a la casa con una noticia terrible.

El joven White había muerto en un espantoso accidente con una máquina.

Los directivos de la fábrica ofrecían una compensación a la familia. Doscientas libras.

El cuento continúa, pero nosotros lo dejaremos aquí. Quedémonos, sin embargo, con la idea de las consecuencias inesperadas de un deseo que se cumple.

Cuadro de Teresa de Cepeda (Teresa de Ávila). Charla "La maldición de la pata de mono", Naukas Guardo 2024, diapositiva 5.

O, como dejó dicho la inmortal pensadora, mística y poeta Teresa de Cepeda y Ahumada…

Se derraman más lágrimas por las plegarias atendidas que por las que no tienen respuesta.

Voy a contaros la historia de tres deseos ferroviarios. Uno del pasado. Uno del presente. Y uno, quizá, del futuro. Teresa de Cepeda, más conocida como Teresa de Ávila o de Jesús, nos llevará a donde se expresó el primero…

Iglesia y monasterio de San José, Malagón (Ciudad Real). Edificio castellano sencillo, sin apenas decoración exterior, con muros en ladrillo y piedra, frente a una plaza con pocos árboles y farolas de hierro fundido y un solo foco. Charla "La maldición de la pata de mono", Naukas Guardo 2024, diapositiva 6.

Una de las fundaciones monásticas que impulsó Teresa de Cepeda fue el convento e iglesia de San José, en Malagón. Malagón es un pueblo como tantos otros, en el norte de la provincia de Ciudad Real.

Mapa de principios del siglo XX con líneas de ferrocarril. Destacada con marcador naranja, la línea Madrid-Ciudad Real. Charla "La maldición de la pata de mono", Naukas Guardo 2024, diapositiva 7.
Mapa de ferrocarriles de la península Ibérica, 1900-1920, Instituto Geográfico Nacional.

Pero a finales del siglo XIX tuvo la suerte de encontrarse en la ruta de una de aquellos nuevos «caminos de hierro» que estaban revolucionando el transporte. El que estaba proyectado para unir Madrid con Ciudad Real.

Imaginaos: pasar de llevar tus cosas en carros por caminos polvorientos cuando hace sol o embarrados cuando llueve, haciendo un camino de días… a tardar horas en llegar a tu destino a lomos de un magnífico tren tirado por una locomotora de vapor.

Grabado de época (siglo XIX) mostrando la inauguración de la línea Madrid-Ciudad Real. A la izquierda, una locomotora engalanada de banderolas. En el centro, el rey Alfonso XII. A la derecha, un obispo y una nutrida comitiva de sacerdotes y monaguillos en ropajes litúrgicos. Al fondo, gentío abundante. Charla "La maldición de la pata de mono", Naukas Guardo 2024, diapositiva 8.

Era 1879. Estaban de moda las patillas como chuletas de cordero y las inauguraciones con obispo y equipo de sacerdotes y monaguillos. Malagón tenía poco más de 4000 habitantes cuando se inauguró el tren, pero ya podrían ir de su pueblo a Madrid en pocas horas. La demanda de los productos de la huerta de Malagón aumentó.

Fotografía en tonos sepia de una locomotora de vapor con un grafito de la CNT en color blanco en su lateral, y muchas personas, algunas vestidas de milicianos, subidas a su testero. Charla "La maldición de la pata de mono", Naukas Guardo 2024, diapositiva 9.

Y los años pasaron. Pero no en balde. El tren nunca fue un negocio muy rentable. Las compañías privadas que lo gestionaban invertían lo estrictamente necesario para que los convoyes siguieran circulando.

¿Mejoras en la línea? ¿Qué mejoras? Y entonces llegó la guerra.

Un tren TER de RENFE (automotor diésel de dos coches) con número de serie 597-004 avanza por una vía en los años setenta. Charla "La maldición de la pata de mono", Naukas Guardo 2024, diapositiva 10.

En 1941, con España en ruinas, el Estado tomó el control de las líneas de ferrocarril de trocha ancha, las de 1668 milímetros. Nació RENFE. Pero el dinero, que antes no ponían las empresas privadas, ahora faltaba de manos públicas. El estado hizo lo mínimo para que el tren volviera a circular. En Malagón, como en otros pueblos, mucha gente empezó a desear tener un tren mejor.

Y en 1988, 109 años después de la apertura de la línea, el deseo fue concedido. Gracias a la Expo de Sevilla del 92 habría un tren mejor. Pero no cualquier tren. Un tren de alta velocidad.

Composición de tres fotografías. A la izquierda, arriba, un tren ómnibus recorre la vía de Madrid a Ciudad Real en 1988. A la izquierda, abajo, unos operarios en mono amarillo levantan tramos completos de vía con unas grúas pórtico móviles apoyadas sobre raíles temporales. A la derecha, más operarios desmontan los raíles y las traviesas de los tramos de vía arrancados. Charla "La maldición de la pata de mono", Naukas Guardo 2024, diapositiva 11.
Aquí, el artículo de Trenes Hoy al completo: Parla-Ciudad Real en volandas.

Y el tren iba a pasar por Malagón.

Un día de 1988 pasó por la vieja vía un último tren. Las estaciones en el camino iban cerrando conforme sus jefes iban dándole salida con su banderín rojo. Poco tiempo después, los obreros aparecieron. Empezaron a desmantelar la vía para dejar paso a la nueva.

Un tren de alta velocidad de la serie 100 de Renfe circula en la vía Madrid-Sevilla en los años 90. Hay un castillo al fondo. Charla "La maldición de la pata de mono", Naukas Guardo 2024, diapositiva 12.

Y un día de abril de 1992, a tiempo para inaugurar la Expo, el primer tren de Madrid en servicio comercial atravesó la nueva vía. Rápido como una exhalación.

Todos estaban maravillados. Por fin tenían un tren moderno. Pero…

La estación de Malagón, un sencillo edificio de dos alturas, ya convertida en bar. Charla "La maldición de la pata de mono", Naukas Guardo 2024, diapositiva 13.

Pero el tren ya no paraba en Malagón. La vieja estación del pueblo volvió a abrir, pero como un bar. Desde ella, los parroquianos veían pasar los trenes como centellas, a más de doscientos kilómetros por hora. ¿Ironías del destino?

Recorte de prensa del diario Lanza, 1995. La noticia lleva por titular "Prosiguen las conversaciones con AVE para incluir a Malagón en las paradas". Charla "La maldición de la pata de mono", Naukas Guardo 2024, diapositiva 14.
Enlace a la página original.

Malagón exigió su tren. Desde el ministerio del ramo se dijo que «no había inconveniente», aunque «la estación no estaba adaptada» y que «habría que hacer obras». Nadie hizo nunca esas obras.

Esta historia podría terminar como tantas otras veces ha terminado, con un pueblo lleno de casas vacías. Un fantasma de lo que fue.

Un gráfico de barras muestra los habitantes de Malagón cada, aproximadamente, 10 años desde 1877 hasta 2021. Muestra un aumento desde 1910 (5804) hasta 1950 (11146) y una caída desde 1960 (11208) hasta 1991 (7752), año marcado en un color distinto para indicar cuándo dejó de pasar el tren por el pueblo. La población se mantiene aproximadamente constante desde entonces. Charla "La maldición de la pata de mono", Naukas Guardo 2024, diapositiva 15.

Pero cuando uno examina los datos, ve que la gente vino y se fue, pero no tuvo que ver con el tren. De hecho, cuando el tren dejó de parar coincidió con el fin del declive demográfico. Desde entonces, la población se ha mantenido aproximadamente estable.

Quizá el tren de alta velocidad no es tan determinante como algunos piensan para atraer o llevarse población de un lugar.

(Continúa en la segunda parte: La maldición de la pata de mono (2/3).)

  1. Treehouse of Horror II, T03E07. ↩︎
  2. La historia completa en inglés, aquí. ↩︎

Comentarios

7 respuestas a «La maldición de la pata de mono (1/3)»

  1. @blog @brucknerite Si me permites una crítica, que quizá en la charla estaba más claro, pero en el artículo creo que no… Me queda claro el deseo del pasado, pero no están muy definidos los deseos del presente y del futuro que comentas al principio

    1. @blog @brucknerite Por cierto, en los textos alternativos de las imágenes, es preferible que dejes para el final el comentario sobre la charla y el número de diapositiva, se hace muy repetitivo cuando hay muchas imágenes

    2. @brucknerite @blog Ah, vale, es que justamente eso de uno/tres es lo mismo que dice la aplicación que uso para Mastodon cuando hay varios Post seguidos en un hilo, ni me di cuenta de que era parte del título

      1. @brucknerite @blog Sí, sí, lo de "continuará" lo leí, pero lo interpreté como que continuaría la historia de Malagón, no como una continuación del artículo

  2. […] Segunda parte de la versión en texto de la charla que ofrecí durante el pasado Naukas Guardo 2024, el pasado día 27 de abril. Tenéis la primera aquí: La maldición de la pata de mono (1/3). […]

  3. […] pasado Naukas Guardo 2024, el pasado día 27 de abril. Podéis ver la primera y la segunda aquí: La maldición de la pata de mono (1/3) y La maldición de la pata de mono […]