X se desangra. Threads, Bluesky y Mastodón1 son los destinos preferidos de la gente que huye del hedor de una plataforma social en descomposición. Nunca fue todo lo relevante que creyó ser, pero era el lugar en el que había que estar si pretendías ser alguien durante unos años en la década pasada. No lo oculto: escoger como destino Mastodón fue una toma de postura política. No tengo idea de si el futuro será de las redes federadas y autogestionadas. Pero sé qué quiero que sea, así que ahí estoy.
Estar en Mastodón ha reducido, si he de confiar en los conteos de seguidores, mi alcance. Pero, pese al chute de dopamina de los numbers go up, ese no ha sido nunca mi rollo. Cuento cosas que sé para quien me quiera escuchar porque contarlas me ayuda a saber mejor. También porque a mi ego, ese muñequito virtual con forma de funko de mí mismo, me persigue con su gracioso anhelo de relevancia. ¿Qué es la relevancia? Los antiguos compañeros de mi comunidad de divulgadores, los naukers (esto es, gente que en algún momento ha dado una charla en un evento organizado por Naukas) se han puesto de acuerdo últimamente en que para ser alguien hay que estar en Bluesky. No, y enfáticamente no, en Mastodón, que es «muy difícil» y como ser fan de un equipo de segunda división. Yo, que siempre me había tenido por ser «el nauker de integración», ahora me encuentro en una plataforma social de presuntos cerebros galaxia que se esconden.
Independientemente de opiniones a medio cocer, tengo un problema. ¿Debería mudarme al cielo azul? Bluesky gana usuarios de millón en millón en un proceso que se ha dado en llamar, no sin cierto ingenio, el éXodo. Nadie negará que Mastodón está vivo, pero una cantidad alarmante de voces que considero significativas se han manifestado alérgicamente en contra. ¿Tiene sentido resistirse?
Desde la aparición de Bridgy Fed, puede que sí. Bridgy Fed me permite tener un puente transparente con Bluesky desde Mastodón (igual que permite lo contrario) creando allí una cuenta espejo. Es sencillo de configurar: basta seguir a @bsky.brid.gy@bsky.brid.gy
. El bot te sigue de vuelta y crea una cuenta en Bluesky. En mi caso, @brucknerite@social.brucknerite.net
se ve desde allí como @brucknerite.social.brucknerite.net.ap.brid.gy
. ¡Una locura de nombre! Teniendo (como es mi caso) control de un dominio, se puede trabajar un poco para acabar con un nombre más «normal». Hay que configurar un registro TXT con un contenido específico, un identificador único interno de la cuenta en Bluesky, en tus zonas DNS. Da un poco de respeto, pero no es realmente complicado. El identificador de mi cuenta espejo en Bluesky es ahora mejor que el apodo medio de Bluesky: @brucknerite.net
.
¿Qué esperar de este montaje? Lo que publico en Mastodón termina en Bluesky, aunque no a la perfección. Bluesky tiene un límite de 300 caracteres, así que una publicación de Mastodón (con su límite de 500) lo puede superar. En ese caso aparece un enlace para que el usuario de Bluesky pueda ver el mensaje completo, ya en Mastodón. Tampoco funcionan los emojis personalizados, que, vistos desde Bluesky, aparecen con su representación alternativa de texto. Hay alguna limitación más, como la incapacidad de lidiar con los mensajes editados en Mastodón respecto de Bluesky (Bluesky no implementa esa característica ¿todavía?) o la famosa limitación de Bluesky con los GIFs animados. Pero en general el resultado es, casi siempre, funcional. Y sobre todo, una vez configurado, no da trabajo.
Merece la pena recordar que Bridgy Fed es un servicio completamente opt-in. Si redifundo en Mastodón un mensaje de una cuenta que no tenga el puente configurado, no aparecerá en el lado Bluesky. Igualmente, si un usuario de Bluesky quiere contestar a uno de mis mensajes, tiene que configurarse el puente. Es igual de sencillo allí, basta seguir a @ap.brid.gy
, pero es fácil olvidarse. Hay instancias de Mastodón que bloquean globalmente el puente, por lo que sus usuarios no pueden usarlo aunque quieran (sin migrar su cuenta a una instancia menos restrictiva).
Por último, también es muy sencillo desactivar el puente en caso necesario, o incluso dinamitarlo, haciendo desaparecer la cuenta espejo. Una opción en caso de invasión de bárbaros. Ya veremos cómo evoluciona esto. Mi predicción un tanto cínica es que toda esa gente para la que Mastodón se hace tanta bola encontrará igual de molesto configurarse el puente para su jubilación hablar conmigo (recordemos, seguir a @ap.brid.gy
). De momento apenas he visto aparecer por mis menciones en Mastodón a dos usuarios de Bluesky, pero confirmo que son dos personas que me alegra ver. Creo que puedo entonar un «misión cumplida».
Si queréis leer más sobre las guerras de sucesión de X, no os perdáis a Nuria Sebastián en su blog Editora con carrito. Lo cuenta todo sin palabros técnicos y es una delicia en general en Alternativas a Twitter: ¿Qué es mejor, Bluesky o Mastodon?. Un discurso bastante más técnico pero también muy brillante se puede encontrar aquí: Maybe Bluesky has “won”. ¿Hay deuda técnica y económica que hará que Bluesky se enmierde a largo plazo? En mi opinión, seguro. Pero ya sabéis: tiempos interesantes.
- Con acento tónico en la última sílaba porque me da la gana. ↩︎
Comentarios
Una respuesta a «Un puente hacia el cielo azul»
@blog @bsky.brid.gy @brucknerite en el otro sentido yo por ahora no he conseguido seguir a nadie. Quizás el mensaje por defecto del Bridge es percibido como spam al otro lado (quizás ayude el hecho del idioma) y no es contestado. No sé si habéis tenido experiencias diferentes al respecto…