They see power

Soy #15M

Señoras, señores: tengo piso, coche y trabajo. También tengo el cerebro suficiente para darme cuenta de que todo lo que tengo y lo que me hace sentir seguro a mí y a mi familia podría desaparecer en cualquier momento. Creo que una de las diferencias clave entre la civilización y la vida salvaje es la existencia de una red de protección, un nivel cero garantizado distinto de la aniquilación del débil o del que no tuvo suerte. Y, aunque creo también en el esfuerzo, soy realista y asumo que gran parte de lo que nos sucede es fruto del azar.

Por eso soy incapaz de concebir el estado del bienestar como un favor de “los de arriba” a “los de abajo”. Es más, la misma expresión “estado del bienestar” me parece sutilmente peyorativa. No es bienestar lo que espero del Estado: quiero seguridad y libertad. Seguridad es vivienda digna, respeto a mi privacidad, paz en la calle. Libertad es educación, cultura, posibilidad de cambio: de trabajo, de lugar, de vida. No es caridad, son derechos. No son graciosas concesiones de un rey a sus súbditos, son el punto de partida de nuestra existencia como ciudadanos.

La tendencia, anterior a la actual crisis, a la privatización de cualquier ganancia y la socialización de todas las pérdidas, se me antoja un acto de violencia contra la ciudadanía. La política económica de la Unión Europea, buscando austeridad en los ya austeros y deteniendo el motor público precisamente cuando el ámbito privado está ahogado por deudas me parece algo peor que una respuesta ideologizada a un desafío planteado por el comportamiento irresponsable de algunos especuladores. Me parece, en el mejor de los casos, un error épico. En el peor, un plan para desmontar la civilización.

No importa de verdad si quienes marcan las directrices saben lo que se hacen o no. Importa lo que no quiero para mí, para los míos, para mi país o para mi futuro. Por eso yo también soy #15M y publico este manifiesto:

Como parte del #15M me declaro una persona pacífica y condeno radicalmente todo tipo de violencia: la de los violentos infiltrados en nuestras manifestaciones, y la del Estado, que ha causado más dolor y heridos. Además, condeno la manipulación mediática que enfatiza la información sesgada, parcial o errónea con el propósito de demonizar a los ciudadanos.

Si me manifiesto en la calle es porque:

  • Mi participación como ciudadano se ha reducido a votar a listas cerradas cada cuatro años para ver cómo los representantes de los ciudadanos no respetan lo prometido en su programa.
  • Se hacen leyes a favor de grupos de interés en vez de hacerlas a favor del conjunto de la sociedad.
  • Se invierten recursos públicos para ayudar a minorías poderosas, y no a quienes están pasando situaciones desesperadas ocasionadas por la especulación financiera.
  • Los grandes partidos están más preocupados por mantener su poder que por ofrecer soluciones para superar esta crisis histórica.
  • Está a punto de firmarse un “Pacto del Euro” que consiste fundamentalmente en medidas para reducir la inversión pública en servicios esenciales.
  • Desde diferentes órganos del estado se ha insultado a los ciudadanos, e incluso se ha justificado el recurso a la violencia contra manifestantes pacíficos.

Como parte del #15M, acepto y respeto la diversidad ideológica del movimiento. Cuando participo en una manifestación no reclamo un régimen o una ideología en concreto, ni un modelo social no democrático, ni la eliminación de los partidos o los parlamentos. Lo que reclamo es una democracia mejor y más humana que, entre otras medidas, necesita urgentemente:

  • Cambios en la Ley Electoral para permitir una mejor y más directa representación de los ciudadanos en los parlamentos y una mayor participación ciudadana en las decisiones importantes.
  • Aprobación de una Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública para obligar a la publicación en formatos adecuados y reutilizables de todos los gastos, decisiones y reuniones con grupos de presión por parte de funcionarios y cargos públicos.
  • Tolerancia cero a la corrupción de candidatos y cargos públicos, y controles ciudadanos para la exigencia de responsabilidad política.
  • Separación clara, real y efectiva de los poderes del estado.
  • Control fiscal efectivo de grandes fortunas y operaciones financieras; eliminación de privilegios fiscales a cargos electos.
  • Políticas encaminadas a solucionar de forma efectiva los problemas hipotecarios y de vivienda.
  • Servicios públicos de calidad, fundamentalmente salud, justicia y educación.
  • Eliminación de las leyes que permiten el control administrativo de Internet. La red ha demostrado ser esencial para la libertad de expresión y para responder al peligro de manipulación mediática.

Por todas estas razones volveré a salir pacíficamente a la calle el 19 de junio, #19J, y cuantas veces haga falta.

Si estás de acuerdo, aprópiate del texto y difúndelo (texto original).

Como parte del #15m me declaro una persona pacífica y condeno radicalmente todo tipo de violencia: la de los violentos infiltrados en nuestras manifestaciones, y la del Estado, que ha causado más dolor y heridos. Además, condeno la manipulación mediática que enfatiza la información sesgada, parcial o errónea con el propósito de demonizar a los ciudadanos.
Si me manifiesto en la calle es porque:
Mi participación como ciudadano se ha reducido a votar a listas cerradas cada cuatro años para ver cómo los representantes de los ciudadanos no respetan lo prometido en su programa.
Se hacen leyes a favor de grupos de interés en vez de hacerlas a favor del conjunto de la sociedad.
Se invierten recursos públicos para ayudar a minorías poderosas, y no a quienes están pasando situaciones desesperadas ocasionadas por la especulación financiera.
Los grandes partidos están más preocupados por mantener su poder que por ofrecer soluciones para superar esta crisis histórica.
Está a punto de firmarse un “Pacto del Euro” que consiste fundamentalmente en medidas para reducir la inversión pública en servicios esenciales.
Desde diferentes órganos del estado se ha insultado a los ciudadanos, e incluso se ha justificado el recurso a la violencia contra manifestantes pacíficos.
Como parte del #15m, acepto y respeto la diversidad ideológica del movimiento. Cuando participo en una manifestación no reclamo un régimen o una ideología en concreto, ni un modelo social no democrático, ni la eliminación de los partidos o los parlamentos. Lo que reclamo es una democracia mejor y más humana que, entre otras medidas, necesita urgentemente:
Cambios en la Ley Electoral para permitir una mejor y más directa representación de los ciudadanos en los parlamentos y una mayor participación ciudadana en las decisiones importantes.
Aprobación de una Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública para obligar a la publicación en formatos adecuados y reutilizables de todos los gastos, decisiones y reuniones con grupos de presión por parte de funcionarios y cargos públicos.
Tolerancia cero a la corrupción de candidatos y cargos públicos, y controles ciudadanos para la exigencia de responsabilidad política.
Separación clara, real y efectiva de los poderes del estado.
Control fiscal efectivo de grandes fortunas y operaciones financieras; eliminación de privilegios fiscales a cargos electos.
Políticas encaminadas a solucionar de forma efectiva los problemas hipotecarios y de vivienda.
Servicios públicos de calidad, fundamentalmente salud, justicia y educación.
Eliminación de las leyes que permiten el control administrativo de Internet. La red ha demostrado ser esencial para la libertad de expresión y para responder al peligro de manipulación mediática.

Por todas estas razones volveré a salir pacíficamente a la calle el 19 de junio, #19j

Si estás de acuerdo, aprópiate del texto y difúndelo (texto original).


Comentarios

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Una respuesta a «Soy #15M»

  1. Estoy totalmente deacuerdo con lo que has expresado. Gracias por hacerlo de forma tan clara.
    Creo que es muy importante la sensación de que ha despertado en nosotros algo que nos lleva a no quedarnos resigandos en casa y salir a gritar y a protestar pacíficamente.
    Hoy me siento mucho más orgullosa de mí, que hace tan sólo dos meses.