Nosotros, los lunáticos

Hace unos días el equipo de la sonda LRO publicó nuevas fotos de algunos de los lugares de alunizaje de las misiones lunares, aprovechando una maniobra de disminución temporal de la altura orbital de la sonda sobre la Luna. Con 50 centímetros por píxel, en las imágenes se distinguen —mejor que en la primera tanda, de 2009— detalles como los senderos trazados por los astronautas y por el rover lunar, la ubicación de diferentes instrumentos abandonados o, incluso, la sombra de alguna bandera. Según mi amigo Daniel Marín, tenemos una prueba más, tal vez la definitiva, para barrer de una vez por todas la hipótesis de la “conspiración lunar”. ¿O no?

No. Lo siento. Con amargura incluso, tengo que afirmar que estas fotos no prueban nada. Más allá de la epistemología asociada a la “prueba” física y cómo difiere de la “prueba” matemática, es un hecho que todas las personas escogemos, en algún momento de nuestras vidas, conscientemente o no, un marco de decisión. Este marco lleva como aparejo un conjunto de creencias que dependen, más que de los hechos en sí, de factores emocionales. Es decir, no importa tanto el “qué” como el “quién” o el “por qué”.

Por eso una misma persona puede creer en un amigo imaginario que le protege desde el cielo, aunque nadie lo haya visto jamás ni sea posible obtener indicio alguno de su existencia más allá del “lo siento en lo más hondo”. Y al mismo tiempo negar que la NASA pusiera astronautas en la Luna. Pese a las fotografías, las películas, los equipos construidos y que se pueden visitar, las rocas traídas de allí, los espejos dejados allí que reflejan los rayos láser proyectados desde la Tierra o los infinitos testigos —empezando por los astronautas.

A un negacionista lunar no le importan los indicios —que no “pruebas”. En su marco de decisión el resultado está predeterminado: no fueron, y ya está. Quizá porque los americanos no son de fiar. O tal vez porque la ciencia es “pensamiento único” y “sospechosa”. ¿Fotos? Manipuladas. ¿Películas? Grabadas en estudio. ¿Testigos? Comprados o amenazados de muerte, ellos y sus familias. ¿Rocas? ¿Has ido tú a la Luna, a comprobar si son de verdad como las de allí?

Las circularidades argumentales, o las suposiciones que requieren conspiraciones jamás vistas en la historia de la civilización en el número de implicados o en el coste económico de su ejecución —muy por encima del simple hecho de “ir allí y hacerlo de verdad”— son, asumámoslo, el resultado de algo fundamental en la naturaleza humana. Algo tenebroso y triste, pero real: lo que llamamos “pensamiento crítico” es una ilusión. No existe. Algunos, a sabiendas o no, lo fingimos. Pero siempre es posible encontrar un asunto, una cuestión, algo diferente en cada uno de nosotros que nos lo cortocircuite. Llámese “conspiración lunar”, “Dios todopoderoso”, “laissez-faire” o “progresismo”.

Palabra de incrédulo.


Comentarios

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6 respuestas a «Nosotros, los lunáticos»

  1. Un analisis psicológico astronáutico, me gusta tu psicología.

  2. Disculpame que dude de un país que fue capaz de presentarse en la ONU delante de todo el mundo con pruebas falsas sobre Irak para justificar una guerra. Creo que es el mismo país en el que tu pones toda tu fe.

  3. Con respecto a las pruebas que mencionas, es curioso que alguna de ellas haya demostrado ser más falsa que un trozo de madera fosilizado y todavía no se sepa por qué, ¿los espejos?, ¿hacía falta alguien para dejarlos? ¿testigos? creanme si les digo que en Irak hay armas de destrucción masiva, esto no lo dijeron testigos, lo dijeron tres presidentes (dos y medio más bien) de tres naciones, dos de ellas de las más poderosas del mundo que a su vez tenían cienes y cienes de testigos y confidentes que aseguraban haberlas visto. Los tres siguen vivos y ninguno todavía reconoce haber mentido. Lo decía la CIA, lo decía el FBI, como no creer a instituciones tan consagradas como la NASA o más. ¿O a la NASA si porque me da la gana y me presenta pruebas y a estas dos no porque también me la da y también me presentan pruebas? No te voy a hablar de la chorrada de la bandera ni de las justificaciones pseudocientíficas que usan también los lunáticos. Yo que soy fotografo (aficionado) me parece muy curioso que no trajeran una sola foto de las estrellas vistas desde la luna y no me cuentes lo de la velocidad de disparo que eso ya me lo se. Como también me se que se puede ajustar y sacar una foto de las puñeteras estrellas vistas desde la luna, pero se les pasó, no quisieron o se les olvidó. Seguramente que támbién habrá una justificación absolutamente cientifica para eso, el guante era muy gordo y no podían ajustar la cámara. Yo voy a la luna 1 hora y me traigo fotografías hasta del bigote de la carrá ¿Mi fe?, precisamente es lo que ya no tengo desde hace mucho tiempo y mucho menos en los gobernantes y sus instituciones. Pero no te preocupes que algún día sabremos quien mató a Kennedy y me juego un dedo a que fué americano también.

  4. Y lo que se menciona o de lo que se duda no es de que el hombre no pisara la luna, sino que no lo hiciera en el Apolo 11. Nunguna de estas fotografías es por cierto de la misión del Apolo 11 luego no entiendo porqué estas fotografías justifican la misión o la llegada del hombre a la luna en aquella misión.

  5. Buena entrada -y acertada- Iván 😉

    @jlbriones: ¡Ah!, esto es una nueva vuelta de tuerca en las teorías conspiranoicas. Resulta que no niegas que el hombre haya ido a la Luna, sólo que lo hiciera en el Apolo 11. Bueno, ya es un avance. Pero el problema no es ese. Yo no “creo” que el hombre haya llegado a la Luna (en el Apolo 11 o en las otras cinco misiones de alunizaje). Yo lo sé. No es una cuestión de fe ni de confianza en los organismos e instituciones de EEUU. Es una cuestión de ciencia y técnica. Todos las decenas de miles de ingenieros y científicos involucrados en proyectos espaciales saben que el hombre llegó a la Luna. ¿Crees que son idiotas?¿No te has parado a pensar que existen evidencias sólidas de las misiones lunares?

    Un saludo

  6. Bueno, aquí en España había diez millones de personas que creían y seguramente siguen creyendo que lo del 11-M fue cosa de Eta y de ZP, y algún que otro medio de comunicación también, y con pruebas y todo, y seguramente entre eso diez millones haya cientificos, políticos, algún que otro ilustrado, y seguramente más de un idiota también….Para creer solo hace falta fe en las pruebas, las verdaderas y/o las falsas. Con respecto a las evidencias sólidas podemos discutirlas una a una si quieres pero no se si serviría de algo.