Servidor no cree en las hadas, en los mercados perfectos ni en los premios de internet. Lo he pensado mucho y muy fuerte: no creo en las hadas porque son una hipótesis innecesaria —e innecesariamente compleja— para explicar el mundo. No creo en los mercados perfectos porque son como las vacas esféricas: un modelo que de tan simple da risa (sí, risa; el miedo lo da la caterva de creyentes).
¿Y los premios de internet? Si tienes un blog, querido lector, te diré que nadie se los merece más que tú; permíteme solo que aplauda desde la oscuridad del patio de butacas.

La vida es una serie de eventos aleatorios que a veces se organizan solos en forma de ironía. Cuando mi amigo Daniel Marín, el autor de Eureka, me propuso hacer de avatar suyo en la ceremonia de entrega de los premios Bitácoras 2012 —era finalista en la categoría de Ciencia— me detuve unos segundos para admirar la guasa de la situación. Porque Daniel, querido lector, se merecía ese premio más que tú. Olvida lo que te he dicho. Eureka es la referencia en español en cuestiones astronáuticas. Su ritmo de trabajo, prodigioso. La calidad de sus textos, excelente. Su conocimiento de la industria espacial rusa y china, unido a su dominio del ruso y el mandarín, le permiten ofrecer antes y mejor que nadie toda la información sobre dos grandes potencias que los medios más tradicionales suelen soslayar ¡como si solo estuviera la NASA! Y qué decir de los artículos históricos. Sus aventuras soviéticas son el único modo que tenemos casi todos los espaciotrastornados de conocer, como si fuera de primera mano, el lado oscuro de aquella competición apasionante por la ciencia, la gloria y la dominación mundial.
Ahí me teníais: acudiendo a una ceremonia en la que llevo exactamente ocho años sin reparar —existe desde hace ocho años. Convencido, hay testigos de esto, de que recogería un premio. Había agravantes morales (Eureka había sido finalista también el año pasado) y probabilísticos (este año también estaba en la lista de Mejor Blog del Público). Daniel, en un arrebato de confianza indebida, me dejó las manos libres para decir lo que quisiera.
Espero haber canalizado correctamente su «espíritu». Lamento que haya gente —Twitter es muy grande— que haya asociado mi cara con la suya. No, no soy @Eurekablog. Y no es que no quisiera: es que no podría. Gracias, compañero.
Comentarios
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2 respuestas a «Una noche en los premios Bitácoras»
Gracias a ti, Iván. Ya sabes que te debo varias cenas 🙂
Por cierto, no sé si tienes algún problema con el RSS porque no había visto esta entrada en el Google Reader. O a lo mejor el problema lo tengo yo.
Por si acaso voy a actualizar el feed.
Un saludo, camarada.
Hola Ivan. Tu has articulado en palabras lo que yo sostengo y defiendo en cuanto puedo en tus primeras lineas. Sobre todo lo referente a los mercados y la economia