Voy a resumir lo que he aprendido de mi última lectura, El retorno de la economía de la depresión y la crisis actual (ed. Crítica), de Paul Krugman:
- Las crisis económicas son muy parecidas unas a otras, pero no existen recetas únicas para salir de ellas. En particular, hay que coger con pinzas lo que digan los representantes de las ortodoxias del momento.
- Hay dos tipos de bancos: los comerciales (o de pobres) y los de inversión (o de ricos). Estos últimos pueden llamarse de otros modos, pero siempre aparecen involucrados en las crisis.
- No importa la solvencia de una entidad: una vez que se dispara un pánico bancario, el banco que se encuentre en el ojo del huracán quiebra. Otras entidades que estén por el mismo barrio, que tengan nombres parecidos o cuyos directores se parezcan físicamente a los de la primera también quebrarán, por asociación psicológica. Esta regla se aplica también a países completos.
- La regulación es el precio que hay que pagar para que cuando hay una crisis papa Estado te rescate. Curiosamente, las grandes fortunas encuentran modos de escapar de la regulación para aumentar sus ganancias, ya sea mediante nuevos productos financieros o nuevas formas organizativas.
- Haber escapado de la regulación durante las vacas gordas no le impide a nadie patalear para que le rescaten a costa del contribuyente durante las vacas flacas. Capitalistas con las ganancias, socialistas con las pérdidas. Pero no es que sean mala gente, es que los negocios son así.