Buscando en el baúl de los recuerdos ha aparecido la que no sé si será la fuente más pequeña del mundo, pero probablemente sea una de las pocas que, con un ancho fijo de 4×6 píxeles, incluye caracteres internacionales, ya sabéis, esas letras con rayitas encima que usan los idiomas exóticos del mundo como el español y el francés. La diseñé hace ya muchos años, para un proyecto llamado UFL, capitaneado por André Schoorl, entonces universitario en la Universidad de Victoria (Columbia Británica, Canadá) y ahora ingeniero senior en Microsoft —cómo han pasado los años—, que trataba de ofrecer una biblioteca común de fuentes en diferentes tamaños para las aplicaciones de la HP48, la última calculadora de los tiempos heroicos de Hewlett-Packard. Ahí está la fuente en cuestión, en toda su microscópica gloria:
La HP48, Paca para los amigos, venía de serie con dos fuentes, una grande de 6×8 píxeles y una pequeña de 4×6. Ésta última era francamente espartana: no sólo no disponía de caracteres con signos diacríticos, sino que las minúsculas eran iguales que las mayúsculas. Había entornos de desarrollo completos sobre la Paca con editor incluido (Jazz era, con mucho, el más popular); pese a funcionar a pantalla completa, los 131×64 píxeles no daban para ver suficiente contexto en los programas—además, el lenguaje System RPL era case sensitive. UFL fue un desarrollo derivado de este entorno para que otros programas pudieran usar las fuentes avanzadas. Gracias a él (y en parte, a mi fuente), las chuletas mejoraron mucho en legibilidad. 
