Trasteja

Deja su tarjeta de visita —inútil de no ser porque integraba en ella una inusualmente nutrida funcionalidad de tarjeta de memoria— sobre el mostrador mientras se presenta como un consumado comercial con palabras que le describen como consultor financiero twodotzero; tal inopinada entrada le habría granjeado en otro lugar tarjeta roja y expulsión automáticas, pero no aquí, donde la desesperación había dado paso ya tiempo atrás a la apatía con toques ocasionales de plantar jeta: el demacrado dependiente, pensando con rapidez, fija su target apresuradamente en el ventajista vendedor mientras éste canta impasible las alabanzas de las compras de criptomonedas inteligentes —monstruosas mezclas fruto del cruce entre el deep learning y el blockchain— imprecando contra la iniquidad e invocando inversiones, momentos justos y no poco a cierta supuesta naturaleza antiinflacionista y contraburbujista de las entidades digitales que intentaba, contra toda prudencia, colocar a su inerme interlocutor como si sus pómulos, junto al resto de grasa fungible de su cuerpo y los restos de su alegría de vivir, no hubiesen caído víctimas de la Crisis de las Tarjetas de Navidad: aquel aciago acontecimiento en el que una proporción poco prudencial de la población parecía haberse puesto de acuerdo en que colecciones de aquellas cartulinas cursis normalmente dobladas e impresas con satisfechos santaclauses, copos de nieve que ya nadie colegía (¿eran estrellas hexagonales, en serio?) y demás motivos con profusión de dorados y falsa fe podían restaurar maltrechas tarjetas de crédito con dudosas liquideces garantizadas; el constante consultor continua glosando en un glissando ejecutado sin apenas respirar sus bloques de mil, diez mil y cien mil tarjetas gráficas en granjas georgianas alimentadas con electricidad black de carbón clandestino cuando el desheredado dependiente toma trece tiras de tela, taja tres y, desconfiado, pregunta «¿cuántas tarjetas dices que tienes?» «De una forma u otra, once».


Esta cosa incomprensible ha sido escrita quite literally at the eleventh hour para @divagacionistas en su convocatoria #relatosTarjetas de diciembre de 2017. La imagen que lo ilustra es CC BY-ND por Denise Rosser (Fuente: Flickr).