Aceitunas de la variedad picual, en verano.

Vendo aceite bueno, no demasiado caro

Quizá algunos de vosotros no sepáis que mi familia tiene una pequeña finca con olivos en Calzada de Calatrava (Ciudad Real), y que vendemos el aceite con marca propia: Olivar de la Atalaya. Virgen extra, a partir de aceitunas de la variedad picual cosechadas al principio de la temporada, lo que da aromas más interesantes a cambio de reducir la productividad por kilo, y molturadas en frío. Un aceite de oliva es mejor cuanto más se parece en su elaboración a un zumo de naranja: justo así es como lo hacemos.

Pues bien, con las últimas subidas de precio, la tienda online, que conservaba los precios a los que se compró el último lote de aceite a la almazara, pasó de la normalidad a estar sin existencias en un par de días. Hasta hubo un intento de compra de veinte cajas (¡300 botellas de litro!), obviamente para reventa. Y no trabajamos para piratas.

Ya tenemos existencias de nuevo en las presentaciones de 1 y 2 litros en plástico y de medio litro en cristal. Lamentablemente los precios no son los de antes. Así y todo, hemos intentado mantener los precios todo lo bajos que nos ha sido posible. El litro sale ahora a 9,60 euros, más gastos de envío (10,50 euros por caja, lo que prorratea a 0,70 euros por botella). En los supermercados hay mucho aceite virgen extra de procedencia ignota por más de 10,30 euros el litro, así que si podéis asumir el sobrecoste de que los envíos tengan que ser por cajas y queréis probar un aceite del Campo de Calatrava decentemente elaborado, ya sabéis. También os podéis poner de acuerdo para compartir cajas con familia y amigos, naturalmente.

El aceite del lote actual proviene de la cosecha de nuestra finca en de la temporada 2022/23, almacenada en los tanques de la almazara con la que colaboramos, en Valdepeñas. Aunque ya estamos al final de la temporada, la calidad sigue siendo excepcional. Salvo catástrofe —como por ejemplo, lluvias intensas—, recogeremos la aceituna de la siguiente temporada a finales de octubre. Así que en noviembre empezaremos la venta del aceite nuevo. Vista la floración y cómo evoluciona el fruto, ya puedo deciros que la cosecha no viene abundante tampoco este año. No preveo que los precios bajen.

Por cierto: existe una denominación de origen muy pequeña, la D.O.P. Campo de Calatrava, a la que en teoría podríamos acogernos, pero no. ¿Por qué?

Cumplimos todos los requisitos del pliego de condiciones de la denominación de origen, salvo uno (en el punto C): que la elaboración ocurra en la zona cubierta por la D.O.P. En su día no pudimos encontrar almazaras que dieran servicio a marcas externas dentro de la zona. Todas las almazaras certificadas son o cooperativas de ámbito municipal, o empresas privadas con marca propia. Solo son siete, además. La elección obvia, la almazara de la cooperativa de Calzada de Calatrava, la más próxima a nuestra finca, no está certificada. Trabajamos con una almazara de Valdepeñas con las mejores condiciones de transporte, molturación, almacenaje y embotellado. Aunque el municipio de Valdepeñas linda con la D.O.P. Campo de Calatrava, eso nos inhabilita para solicitar el sello.

Aunque uno se podría preguntar, legítimamente, si mover las aceitunas unos kilómetros más hacia el noroeste cambia en algo el resultado final, sobre todo cuando no hay ningún proceso en la almazara que dependa de la ubicación: no hay artes «tradicionales», solo maquinaria moderna de molturación, tanques de acero de temperatura controlada y una línea de embotellado. Exactamente como indica la normativa.

También cabe preguntarse si la norma no estará redactada para proteger el interés de un conjunto pequeño y cerrado de productores.