Habrá quien diga que los científicos son de Marte, los periodistas de Venus. Pero a dos días vista de la inauguración del sincrotón sincotrón sincrotrón ALBA, los periódicos del país, siempre tan amantes de la ciencia, están por crear todos los parónimos posibles del nombre del aparato. Y no me salgan con que “es que son de letras”: la Real Academia tiene el término recogido desde la 23ª edición.
Como han gustado mucho las metáforas deportivas para hacer comprender al vulgo la importancia de la nueva infraestructura (“estamos en la liga de campeones de la ciencia”, “es un fórmula 1 de la Física”), empezaremos esta revistucha por el ganador absoluto en trastrueques: ABC. En tres artículos diferentes, la palabra sincrotrón aparece como sincrotón (plural sincrotones) en «Para esto sirven los impuestos», dice Zapatero sobre el Sincrotrón y Un sincrotrón a media luz, intento flácido este último de afear la inauguración del aparato cuando aún no está terminado al 100% —realmente lo que se señaló el pasado día 23 es que puede empezar a funcionar con fines científicos, cosa que el artículo no niega. Sin embargo, la palma se la lleva Zapatero cree que Alba afianza a España en la primera división de la ciencia, donde a sincrotón añaden la variante sincotrón en párrafo contiguo. Así, en toda su gloria y con cursivas de cosecha propia para más facilidad lectora:
Garmendia ha coincidido con Zapatero en que este sincrotón coloca al país en la “liga de los campeones”.
Por su parte, Montilla ha indicado que Alba es una “afirmación rotunda” del camino que ha de seguir la economía y es una “pieza clave” que “nos conecta con la vitalidad del país”.El sincotrón Alba, con un gasto de 201 millones de euros desde 2003, repartidos al 50 por ciento entre la Generalitat y el Gobierno central, es, según los expertos, la instalación científica “más grande y más compleja que se ha hecho nunca en España”.
Este último fragmento ha resultado popular entre los medios patrios, pues aparece tal que así en Público, ADN y La Vanguardia. Agencias desatadas y correctores ortográficos en huelga de píxeles caídos. Por cierto, La Vanguardia repite pifia en Zapatero espera que el sincrotrón sitúe a España en la primera división europea en investigación, con el dudoso honor de estrenar el pseudoparónimo sicrotrón. Ya estaban hartos de hacerle el caldo gordo a esa “n”; las dos erres ahí, impasibles el ademán.
La Semana se acoge a la variante sincrotónica en su impagable Al Gobierno le cuesta 201 millones su primer acelerador de partículas, artículo en el que tratan al aparato como si fuera la primera moto que se compra Zapatero para su uso y disfrute personal, eso sí a compartir con sus compañeros de pupitre, malgastando el dinero de sus sufridos padres —todos nosotros. Disculpemos ligeramente (es decir, media colleja) a La Razón y El Cultural, por dejar su sincotrón particular para el pie de foto del artículo, lugar discreto donde los haya para una errata. Colleja y media, en contraste, para los que llevan al titular el error: Sincotrón, la mayor infraestructura científica de España (Levante), Zapatero inaugura el Sincrotón en Barcelona (agencia Atlas) y Garmendia cree que el Sincrotón convertirá a España en “un país de referencia” en materia científica (EcoDiario.es, que remacha el clavo en el texto de la noticia).
Los opinadores no se quedan atrás a la hora del baile: Diariocrítico achaca la atención sincrotónica a la pre-precampaña de las catalanas, mientras Intereconomía hace su propio refrito —infinitamente más beodo que el mío, dónde va a parar. La frase lapidaria de Las Provincias no tiene precio, atiendan:
Ni antes éramos un reluciente sincrotón de vanguardia ni ahora el apestoso escroto de un chapero terminal.
Porque no dan carnés de escribidor, que si no el autor de eso sería el amo del comité. Pero no quisiera dejar sin su poquito de atención al Diario de León, que luce hermosa pieza editorial de un tal Rafael Martínez-Simancas en la que compara a Zapatero con el profesor Bacterio y al pobre sincrotrón con el PER, los inventos del TBO y una supuesta “pista de carreras” para átomos —las buenas-buenas las hacen en Valencia, como todos sabemos. Todo aderezado con un par de Sincrotones admirablemente capitalizados y una friki-referencia comparativa final a Stargate, por la que desea un bonito viaje a nuestro querido presidente del Gobierno —y un rápido tapiado posterior del agujero interdimensional. Lástima que quede un poco cojitranca por la mácula que la aflige (start gate); al menos así hace juego con el resto del artículo.
Diríase que falta algo para cerrar este pequeño bestiario, pero ¿qué? Ah, claro, la prensa deportiva. Y es que por poco que tenga que ver un sincrotrón con el fúrgol, no vamos a perder la oportunidad de inventar una forma más estrambótica de alabar al equipo que nos da de comer. Cierro pues con esta perlaza de Sport hablando (de quién si no) de Messi:
Ayer se inauguró el sincrotón Alba, en el Vallés, un tremendo laboratorio donde se acelerarán electrones. Yo creo que tendrían que haber invitado al argentino. ¿Qué otro invento humano es capaz de moverse con tanta precisión y a tal velocidad? Ya no hay adjetivos. Sólo nos queda la física teórica.