¿Conoceis Madrid?

Luna
Luna
Foto de RinzeWind

Imaginad que sois de Barcelona y no conoceis Madrid. Ahora, suponed que un duendecillo verde os ofrece la oportunidad de conocer la ciudad: para ello, os transportará, en una fecha cualquiera y con los ojos vendados hasta un lugar al azar de la mitad oriental de la ciudad. ¿Por qué sólo esa mitad? Asumamos que la magia del duende es bastante zarrapastrosa y dejémoslo ahí. Una vez situados, os quitará la venda y os dejará explorar durante dos minutos. Durante esos dos minutos podréis hacer el guiri todo lo que os apetezca: tomar fotos, grabar vídeos, comprar recuerdos… ¡Si os da tiempo! Al cabo de los dos minutos volverá para colocaros la venda; por arte de birlibirloque, estaréis de vuelta en Barcelona.

Puestos a suponer, supongamos que os quejáis amargamente al duendecillo: así no hay forma de hacer turismo ni de ver nada. Sólo una suerte astronómica os permitiría conocer algún monumento o asistir a algún evento importante, y eso sólo durante dos minutos. El duende menea su cabecilla y decide apiadarse de vosotros. Os deja escoger seis lugares, ni uno más, siempre en la mitad este —la Puerta del Sol no cuenta, ya que es el centro exacto. Afirma que os llevará tantas veces como lugares hayáis escogido y ni una más mientras murmura no sé qué de crisis y reducción del gasto público. Además, cada vez que hagáis el viaje os dejará dentro de un radio de 100 metros del lugar escogido, al azar. Nunca dentro de un edificio. Y nada de escoger fechas; tiene la agenda muy apretada y os llevará cuando le venga bien.

Hartos de discutir con un ser mágico tan cutre, aceptáis y hacéis los viajes en las condiciones anteriores. A la vuelta os encontráis con una amiga que os pregunta por vuestro viaje. ¿Habéis estado en el Museo del Prado? ¿En los bares de Huertas? ¿En el desfile del Orgullo Gay? ¿En la Plaza Mayor, en Navidad? Con mucha suerte, habréis visto alguno de esos lugares, por fuera, y un momento. No podréis decir si los madrileños hablan mayoritariamente noruego, si hay Metro o no en la ciudad, o si es cierto ese rumor que dice que, de cada cuatro habitantes de Madrid, tres ven Intereconomía y uno es familia de Esperanza Aguirre.

Ahora os pregunto yo: ¿podéis decir, honestamente, que conocéis Madrid?

Hace 37 años, 6 meses y 24 días que nadie va a la Luna. Las lograron llegar seis veces a lugares siempre en la cara visible y alejados de los polos. La estancia máxima sobre el suelo lunar (en EVA fue de 22 horas. Para un viaje de 620 kilómetros, en proporción, es como quedarse dos minutos y medio en tu destino.

Todavía hay quien sostiene que “conocemos la Luna”.