«Niemand hat das Recht, eine demokratische Regierung zu stürzen»
Patricia Espejo-Brain, secretaria del presidente de Chile, Salvador Allende, en 1973.
Que pueda leer esto ya sin un diccionario a mano y entender casi todo me emociona un poco .
Naturalmente, aunque llevo todo el año practicando una pequeña dosis de alemán todos los días con Duolingo , no empecé de cero. Cuando era adolescente estudié tres años de alemán en una academia primero y con una profesora particular después. Luego, la vida me llevó por otros caminos. Solía pensar que saber idiomas, algo que me gustaba —y me gusta— estudiar, me abriría puertas en el futuro. Además, creía con toda la fuerza de un adolescente que tiene razón que no eran necesarios títulos de ninguna clase: demostrar que hablas un idioma es tan fácil como afirmar que puedes andar. Solo hay que levantarse y hacerlo.
El futuro, sin embargo, tenía otros planes. I am now quite competent in English, having studied it since I was six and consuming now most of my media in English. Comme par accident, je parle aussi français : ayant vécu pendant deux années à Casablanca, j’avais la possibilité de l’apprendre, et j’ai fait un effort conscient pour ne pas le perdre. Deutsch war meine dritte Fremdsprache, mit der ich mich nie wohl gefühlt habe. Hi ha idiomes més senzills per a mi que l’alemany, i fins i tot m’atreveixo a fer-los servir, sobretot amb una mica de vi. ¿Me han abierto alguna puerta?
Si por abrir puertas quiero decir que he podido mojar el dedo de un pie en la mente y en la cultura de personas que piensan distinto, por supuesto. Pero yo sé qué quería decir ese adolescente, y no es eso. Profesionalmente, soy exactamente la misma persona que hubiera sido con un proverbial nivel medio de inglés en el currículum. Nunca ha importado para nada. Nunca le ha importado a nadie. Y, sobre todo, jamás «me he comido el mundo» ni me ha reportado una sola unidad de dinero. En el trabajo todo el mundo habla idiomas y su coste marginal para los empleadores es de cero redondo. Y a la vez nadie habla idiomas ni sirven para nada en casi todas las empresas. Salvo que te marches del país, cosa que yo no hice por cobardía primero, y por no dejar a mis hijos atrás después. O sea, por cobardía.
Ahora ya da igual. Hace cincuenta años del asesinato de aquella democracia y en pocos meses hará cincuenta años que me nacieron. Aprenderé lo que quiera. Será solo para mí.
#leyendo
50 Jahre Putsch in Chile – «Niemand hat das Recht, eine demokratische Regierung zu stürzen» – News – SRF
Nota original en el Mastodón de @brucknerite (podría haber sido borrada).