Cuando empecé a vivir en esta casa, que no tenía electrodomésticos, compré por cuatro duros una lavadora con tara que venía con el número de serie raspado y reciclé un frigorífico que tenía en mi antigua oficina de consultor autónomo. Pero en la cocina había un hueco más para un lavavajillas. El lavavajillas venía siendo para mí un electrodoméstico problemático, uno que solo me encontraría en una casa «de verdad». Y la casa en la que me estaba refugiando no era una casa de verdad. Ya me compraría un lavavajillas cuando me mudara a algún sitio más definitivo.
Después ocurrió la vida. Se hicieron planes, se abandonaron planes. El lavavajillas seguía estando en el futuro indefinido. El hueco de los muebles de la cocina llegó a significar un fracaso. Lo llené con botellas, cajas, una pequeña escalera y olvido.
Hace unos días miré en ese hueco. Vi las cicatrices del recuerdo, pero mi casa seguía en pie y era una casa de verdad. Una hora después tenía un lavavajillas de descuento encargado en El Corte Inglés.
Bienvenido.
Comentarios
3 respuestas a «Escorzo heroico»
@blog cada vez tengo más claro que el lavavajillas es un "objeto de lujo", pero de lujo para salvaguardar ciertas formas de ahorro, no sólo de agua, sino de electricidad con sus programas de ahorro -al menos en los más modernos-
ahora bien, lo de su "entrada" en el mundo IoT pues como que no lo veo ni pienso usarlo 😛
Es verdad que ese modelo viene con internecs. No lo he configurado (¿todavía?). Quizá alguna tarde tonta pruebe, pero la verdad es que no le veo utilidad alguna.
Sí, la hay.