Parte superior del cómic Amazing Fantasy #15 de agosto de 1962. Muestra el título en letras mayúsculas amarillas sobre fondo rojo oscuro, y debajo se aprecia a Spider-Man con un rótulo que lo identifica. Está captado en una secuencia de acción, pero no se puede identificar qué hace más allá de que cuelga de un hilo de una de sus telas.

Poder, responsabilidad

«Un gran poder conlleva una gran responsabilidad». Seguro que os suena a algo de Spider-Man. Y sí: el tío Ben alecciona así a Peter Parker, el primer superhéroe working class. Pero, aunque se trate de una expresión particularmente económica y afortunada, no es la primera de esta idea. Mirad:

[…] porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá.

Lucas 12:48

Básicamente lo mismo. Pero los Evangelios —¡la Biblia entera!— están compuestos de refritos más o menos digeridos de textos anteriores. Y el concepto de la parábola del siervo infiel tiene precedentes, por ejemplo, en Cicerón y su leyenda de la espada de Damocles (Tusculanæ Disputationes, libro V, 61-62) en el 44 a.e.c., que a su vez remezcla textos perdidos de predecesores griegos. Así es la historia del saber. Así seguirá siendo, incluso ahora que este revuelto de signos puede suscitarse sin que medie reflexión humana, por obra de los miríficos aristones.

Pero el contexto. El contexto es rey. Stan Lee enmarca su frase en una historia, la del debut de Spider-Man en el Amazing Fantasy # 15 de agosto de 1962. Fantasía asombrosa, tomad nota. Los evangelistas anónimos detrás de Lucas están relatando una parábola —la sección cónica no, el relato— puesta en boca de Jesús de Nazaret. Cicerón, a su vez, está contando una leyenda: la del cortesano Damocles y su rey, Dionisio el Viejo, quien le ofrece su puesto por un día, con riquezas, viandas y muchachos a su servicio, pero también deja una imponente espada colgada de una sola crin de caballo sobre la cabeza de Damocles.

Clásicos y modernos, todos, cuentan un cuento.

Una narración de sucesos ficticios hecha para enseñar o entretener.

Ya lo sospechabais. No es cierto que un gran poder conlleve una gran responsabilidad. Algunos —no «los políticos»1— detentan el gran poder. Las leyes de la probabilidad me informan de que es casi seguro que a vosotros, lectores, os asignaran una parte desproporcionada de la responsabilidad. Como a mí.

Algún día deberíamos hacer algo al respecto.

  1. «Los políticos», igual que «los funcionarios» y otros seres de paja habituales en cierta ralea de putrículos, son servidores del pueblo en las democracias modernas. Lo hacen mejor o peor, pero lo que son no está sujeto a discusión. He intentado evitar la acotación y, por tanto, esta nota al pie, pero en una segunda lectura se me ha hecho imprescindible. ↩︎

Comentarios

2 respuestas a «Poder, responsabilidad»

  1. @blog Iván se nos ha puesto hoy especialmente barroco.

    1. A veces se me atascan palabras raras en el magín y las desatasco así.