Pocas veces puedo decir de una iniciativa del madrileñísimo ayuntamiento regido por Martínez-Almeida esto: bravo. Odio las farolas fernandinas con pasión. No solo son cursis, repipis e innecesariamente historicistas: nos obligan a contemplar el monograma del rey felón, lo segundo peor que le ha pasado a este país en cuestión de jefes del Estado desde que existe. Y eso que fundó el Museo del Prado.
Ah, ¿que nunca os habéis fijado? Me refiero a esto:
¡Afortunados los habitantes y los paseantes de Olavide! Beatus ille! Ahora están quejosos por el supuesto desdén municipal, pero van a dejar de ver esos adefesios impenitentes, sustituidos por unas farolas que al menos intentan ser creativas e interesantes. Su vida va a ser objetivamente mejor.
Y respecto de vosotros, lectores, ahora ya no podréis desver ese aborrecible monograma y las pastosas farolas que lo ostentan. Quién pudiera fundirlas todas para hacer algo más constructivo. Como balas de cañón, por ejemplo.
#leyendo
https://www.eldiario.es/madrid/somos/chamberi/adios-farolas-historicas-olavide-incomprensible-lamentan-vecinos_1_10843333.html
Nota original en el Mastodón de @brucknerite (podría haber sido borrada).