Una mujer muy desfavorecida, con cara de dolor, orejas de burro y un pecho terriblemente colgandero es pisada por Ignacio de Loyola. Su mano derecha está contraída en un puño, y su mano izquierda marca una página de un tomo con la palabra 'Luthèrus' en el lomo.

El horror, oh, el horror

Pocas veces puedo decir de una iniciativa del madrileñísimo ayuntamiento regido por Martínez-Almeida esto: bravo. Odio las farolas fernandinas con pasión. No solo son cursis, repipis e innecesariamente historicistas: nos obligan a contemplar el monograma del rey felón, lo segundo peor que le ha pasado a este país en cuestión de jefes del Estado desde que existe. Y eso que fundó el Museo del Prado.

Ah, ¿que nunca os habéis fijado? Me refiero a esto:

Base de farola fernandina con el monograma de Fernando VII, dos letras F dándose la espalda con un VII dentro, con una corona real encima en altorrelieve. Aparece, debajo, la fecha 1832.
Base de farola fernandina con el monograma de Fernando VII en Vigo. (Foto: CarlosVdeHabsburgo/Wikimedia Commons)

¡Afortunados los habitantes y los paseantes de Olavide! Beatus ille! Ahora están quejosos por el supuesto desdén municipal, pero van a dejar de ver esos adefesios impenitentes, sustituidos por unas farolas que al menos intentan ser creativas e interesantes. Su vida va a ser objetivamente mejor.

Y respecto de vosotros, lectores, ahora ya no podréis desver ese aborrecible monograma y las pastosas farolas que lo ostentan. Quién pudiera fundirlas todas para hacer algo más constructivo. Como balas de cañón, por ejemplo.


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Nota original en el Mastodón de @brucknerite (podría haber sido borrada).