Se ha descubierto un asteroide peligroso, 2024 YR4. En la escala de Turín es un tres; en la de Palermo, un –0,56. El posible impacto será el 22 de diciembre 2032, con una probabilidad estimada de 1/83. Es decir, que es mucho más probable, más de 1200 veces, que caiga esa roca espacial que que nos toque el Gordo de la lotería de ese día, suponiendo que jugamos un solo número.
Más malas noticias: se le estiman 55 metros de diámetro. Puede parecer pequeño, pero la explosión de Tunguska de 1908 fue causada por un asteroide similar y, si hubiera ocurrido sobre una ciudad, la habría borrado. En cualquier caso, el potencial destructivo del impacto de un asteroide depende de su composición y su densidad. Es muy poco lo que se sabe de 2024 YR4, y en particular, su tamaño y su densidad están asignados a partir de valores típicos. Lo único que conocemos con certidumbre es su magnitud luminosa (23,94±0,26) y su distancia. A partir de ahí, los astrónomos infieren lo demás. Si la roca fuera más oscura que la media o si tuviera una forma muy alejada de una esfera, podría ser más grande.
O más pequeño. Con el rango de albedos (reflectividades) típico de los asteroides cercanos a la Tierra, el tamaño de 2024 YR4 podría oscilar entre los 40 y los 100 metros. La densidad dependerá del material del que esté hecho, y podría ser metálico o bien consistir en hielos apenas cohesionados. El daño que puede hacer un objeto de estas características dependerá, naturalmente, de dónde caiga, y podría dejar un cráter de un máximo de tres kilómetros de diámetro en el caso de que termine siendo un objeto muy denso, o ningún cráter en absoluto, como fue el caso en Tunguska. Una explosión atmosférica, sin embargo, tampoco es un evento al que no prestar atención: con una energía liberada de entre uno y 2,5 megatones, el área afectada puede ser de centenares de kilómetros cuadrados. A una distancia variable entre dos y siete kilómetros del punto de impacto la destrucción sería prácticamente total. En el corredor de impacto estimado, uno de los peores lugares sería Mumbai.
2024 YR4 se descubrió apenas hace un mes, el 27 de diciembre pasado. Por eso es pronto para saber más. Ahora, los astrónomos buscarán hacer más observaciones para ajustar su órbita con más precisión. Es muy probable que la cosa quedará en nada: conforme se reduce la incertidumbre de posición del objeto, su órbita pasa a quedar cada vez mejor determinada. Podemos imaginarla como un dónut cada vez más fino. Es normal que, en este proceso, la estimación de riesgo aumente hasta un punto en el que la sección del «dónut» se haya reducido tanto que la Tierra quede fuera de él. En ese momento, el riesgo cae hasta cero.
Se harán medidas de radar para acotar mejor la forma y dimensiones del asteroide, aunque puede que hasta diciembre de 2028, cuando ocurrirá el próximo paso cercano, no podamos disponer de datos realmente precisos. Si el riesgo de impacto sigue siendo elevado para entonces, habrá que empezar a hacer planes. Esperemos que no sea necesario.
#leyendo https://www.space.com/180-foot-asteroid-1-in-83-chance-hitting-Earth-2032?utm_source=flipboard&utm_medium=activitypub
Nota original en el Mastodón de @brucknerite (podría haber sido borrada).
Comentarios
6 respuestas a «Mirad arriba»
@blog el 22 me pilla mal, ¿podemos adelantarlo una semanita?
@blog Hace unas semanas soñé que un asteroide se acercaba a la Tierra y que todo lo que está ocurriendo en el mundo —Trump, Ucrania, China, Gaza…— era solo una distracción para que no nos diéramos cuenta. 😅
@blog Es que no agarra apenas océano Pacífico, el jodío. Mira que hay..
Eso es quizá lo que más puede cambiar si al final el riesgo no se hace cero.
@blog @brucknerite Supongo que la probabilidad de que caiga en una zona emergida tampoco será muy alta, ya no digamos una zona poblada, ¿no? Tampoco sé si al caer en el océano generaría un tsunami muy bestia, claro…
Si cae en el mar puede liar un tsunami bueno (aunque nada apocalíptico, sería un tsunami «normal»). Puedes jugar con esta calculadora de impactos para hacerte una idea.