Hay cierto mensajillo en Twitter que ya lleva un tiempo haciendo la ronda. Me ha llegado vía RT por lo menos tres veces desde contactos diferentes, y dice así:
un espermatozoide contiene 37,5 MB de inf. de ADN,por lo que eyaculación normal representa una transferencia de alrededor de unos 1.587,5 TB
¿Será verdad que Twitter aporta precisión a la sabiduría popular? Veámoslo. No es que Wikipedia sea la fuente más fiable del mundo, pero sí es de las más accesibles. En el artículo sobre el genoma humano encontramos que el contenido en información de un espermatozoide es de 3077 millones de pares de bases si es Y (chico), o 3174 si es X (chica). En el ADN hay cuatro tipos de bases, así que podríamos codificarlas con 2 bits/base (ya que 22 = 4). Por tanto, y haciendo la media, cada espermatozoide lleva aproximadamente 781 MB de información genética. ¿De dónde salen los 37,5 MB de Twitter?
Peor todavía: una eyaculación media contiene 3,5 ml de semen. Para un conteo de esperma de 300 millones por mililitro, salen 820443750000 MB; en “teras”, 820443.75 TB (aplicando todo el tiempo la simplificación decimal, es decir, que 1 kilobyte son 1000 bytes y no 1024). Como a todos nos gustan las unidades periodísticas, digamos que cada eyaculación equivale, en datos, a una columna de CDs de más de 100 kilómetros de altura. Arrojada en 5 segundos da un ancho de banda de más de 1000000 Tbps: algo más que un ADSL. Es una tasa de datos similar a la que darían 26000 millones de conexiones de fibra óptica comerciales simultáneas.
El tuit viene equivocado por un pequeño factor de 500. ¿Habrán considerado la compresión de datos? Estamos acostumbrados a ver tasas de compresión espectaculares al guardar archivos con formatos como JPG o MP3, pero no debemos olvidar que se trata de formatos con pérdidas. El algoritmo de compresión aprovecha debilidades en la percepción humana para descartar datos que distinguiríamos poco o nada en el archivo original. Sin embargo esto no puede hacerse con la información genética: al menos a mí no me gustaría que alguien utilizara un JPG de mis genes para fecundar óvulos —el demonio, o el nene, que bien pudiera ser la misma cosa, está en los detalles.
Sin embargo, es posible que se haya tenido en cuenta la redundancia que proporciona el hecho de que en la mayoría de las fecundaciones se produzcan seres humanos, y no delfines o esponjas. La variabilidad natural de la especie Homo sapiens es del orden del 0,5% del genoma. Tomando esa cifra como cota máxima de variabilidad en el material genético de cada eyaculación, tendríamos (tras algunas cuentas) 4102 TB de información no redundante y prácticamente aleatoria. Con eso podemos reducir la columna de 100 km de CDs a “sólo” 500 metros, pero el tuit sigue estando mal por un factor de cuatro.
Visto lo visto, se me ocurren dos preguntas, ambas con respuesta:
- ¿Quién ha sido el lumbreras? Pues tirando de búsqueda y navegando hacia atrás, parece que este amiguete, en este post en Tumblr. Los sospechosos habituales (en este caso FayerWayer y unos cuantos más) lo repitieron sin cuestionarlo. Naturalmente fue portada en Menéame, cosa que cada vez consigue menos gente que haga sus deberes. ¡Ah, la viralidad!
- Reconozco que esto es una frikada de teleco, pero ¿cuál sería la tasa de error de bit de la fecundación, teniendo en cuenta lo que hemos visto hasta ahora, y que según este artículo científico la probabilidad de concepción en el mejor momento del ciclo menstrual es de una entre tres? Supongamos que no tenemos ni idea de en qué momento del ciclo ocurre la transmisión de datos: tendríamos una probabilidad total de 1/30 (simplificando, digamos que hay tres días “buenos” en todo el mes). Como llega un sólo espermatozoide (un CD), la tasa de error será de 0.999999993. Dicho de otra forma, si el coito fuera como una línea ADSL, llegaría sano un bit de cada 157 millones. Visto así, probablemente vuestras conexiones a internet ya no os parezcan tan malas.
Ni yo sé las veces que me habré equivocado con las cuentas o (peor) con errores de concepto biológico. Si veis que está todo mal, no dudéis en menearlo.
Por otro lado, gracias a @copepodo por la conversación de la que surgió este artículo. Si queréis ver un blog en condiciones, salid por patas de aquí pulsando en este enlace: Diario de un copépodo. De nada.