En la chatarrería de mi abuelo materno jugaba a que conducía coches a medio desguazar. De alguna manera logré esquivar una muerte segura entre piezas de metal cortante; a cambio, llegué a la edad adulta con una afición menor por los vehículos antiguos que, entre chato y chato, comparto con Valentín.
De acuerdo, “comparto” no es la palabra más apropiada. Digamos que mi suegro, con su muy bien llevada y avanzada edad, es toda una enciclopedia de la automoción española desde los años cuarenta. A lo largo de toda su vida profesional ha conducido turismos, camiones, autobuses y tractores de toda clase y condición: guarda memorias y anécdotas de sus tiempos de chófer con la familia de Ortega y Gasset, de camionero, de conductor de rutas turísticas —lo imagino llevando suecas en masa de El Escorial al Valle de los Caídos— y, finalmente, de conductor de autobús interurbano, donde lo conocí.
Un pequeño ejercicio de documentación histórica me ha llevado, en ocasiones, a intentar reconstruir a partir de los fragmentos de su memoria vehículos difíciles. Así, deduje el coche más lujoso que llegó a conducir durante sus tiempos de chófer; no recordaba la marca, pero pude deducir que era un Opel Kapitän del 51. Le vienen a la mente detalles de los primeros Pegasos, de los Leyland y de otras marcas más oscuras; sin embargo, me sorprendió cuando me habló del “ruso”. No había duda de que se trataba de un camión traído a España por los soviéticos durante la Guerra Civil, y que la autarquía posterior se encargó de conservar muchos años en buen estado. ¿Recordaría Valentín de qué marca era aquel “ruso”? Sí. “Tres Hermanos Comunistas”.
“Y Franco, ¿qué pensaba de eso?” —se me quedó la frase en el borde de los labios. Enseguida caí en la cuenta de que, si en efecto se trataba de un camión ruso, lo normal es que estuviera rotulado en cirílico, y “3HC” es una aproximación más que razonable de “ЗНС”, o “ZNS”. Sin embargo, no existe ningún camión de fabricación soviética con ese nombre. Conocía las limusinas ZIL, sin embargo. ¿Y si…?
ZIL, en cirílico, se escribe “ЗиЛ”, y significa Fábrica de Lijachov (Завод имени Лихачёва). Lijachov no era, naturalmente, el propietario de la empresa, sino un antiguo director de planta en cuya memoria se nombró la empresa en 1956. ¿Y antes de esa fecha? Antes era la Fábrica de Stalin, y los vehículos que se producían eran “ЗиС”, con С (S) de Stalin (Сталин). El único modelo posible, teniendo en cuenta que ningún camión soviético podría haber alcanzado España después de 1939, era el ZiS-5. Ahí estaban los “tres hermanos comunistas”, paseando el nombre del mismísimo demonio por toda la piel de toro en una de las ironías más olvidadas de aquellos oscuros tiempos.
Comentarios
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6 respuestas a «El misterio de los tres hermanos comunistas»
jeje, está bien la ironía,
aunque no diría tanto como “olvidada” que requiere un conocimiento previo y bueno, si alguno llega a sospechar que se estaban desplazando en un “stalinmovil”, las risas iban a ser mas bien pocas ! 😀
¡Cierto! Olvidada está ahora, pero entonces era más bien algo “oculto”. Entonces muy poca gente sabía leer el ruso, y dudo que los pocos que supieran tuvieran la más mínima inclinación a hacerlo en público. De todas formas, eran tiempos crueles: por lo visto, un paisano del pueblo se hizo con uno de esos camiones y adquirió de por vida el mote de “El Ruso”. Mucha gracia no debió hacerle…
De nuevo, brillante.
Conocía otra versión de la historia, pero no sabía el nombre del modelo de camión.
P.D.: Los “rusos” siguen siendo vecinos nuestros y, como todos los motes de nuestro pueblo, son llevados (más o menos) con dignidad. Ya sabes el mío (tu compañera seguro que sí) y su origen…
Seguramente habrá más versiones, y con un calificativo así probablemente más maliciosas que el simple hecho de tener uno de aquellos camiones. Pero yo no soy más que un inmigrante…
¿Es posible que ese “stalin” de la fábrica no se refiera simple y llanamente a “acero” y no tenga nada que ver con el viejo Iosif?
Creo (con mi escasísimo conocimiento del ruso) que “acero” (сталь) no se puede declinar de modo que acabe en “-ina”, como el genitivo (creo) del nombre de la fábrica (Завод имени Сталина), así que la respuesta sería “no”. Por otro lado, así es como cuentan en todas partes la historia de ZiL. Por si lo puedes leer en versión original: http://www.avtomash.ru/pred/zil/zil_istori.htm. La parte relevante, extraída con Google Translate, está en el párrafo referido al 1 de octubre de 1931.
Bola extra: esto no demuestra nada, pero mola. Una foto del mismo Stalin, dándole golpecitos a un ZiS 101 (para comprobar si en efecto estaba hecho de acero, supongo) —http://digilander.libero.it/cuoccimix/zis101stalin.jpg. Se ve claramente el escudo de la marca, con las siglas “ЗиС”.