Segunda parte de la versión en texto de la charla que ofrecí durante el pasado Naukas Guardo 2024, el pasado día 27 de abril. Tenéis la primera aquí: La maldición de la pata de mono (1/3).
No tenemos que mirar hemerotecas polvorientas para encontrar un deseo idéntico, hoy. Pero, como en tantas historias ferroviarias, será interesante volver a finales del siglo XIX. Era la edad dorada de los caminos de hierro, aunque se construían de la forma más barata posible. Evitando viaductos o túneles. Dando rodeos.
Observad la línea de Chinchilla a Cartagena. Parece un cordel metido en un bolsillo. Y eso que la orografía no es la más compleja de la península.
Una ventaja de tener un recorrido poco recto es que el tren de Chinchilla, como se le llamó porque ese era el pueblo donde empezaba realmente, pasaba por un buen puñado de localidades. Hasta vieron una vez al rey pasar por allí. El del sillón en el centro del grupo que aparece en la fotografía es Alfonso XIII.
Pero también pasó la guerra. Y el deterioro y la falta de inversiones. En 2003, la vía única de Chinchilla funcionaba todavía con un sistema de bloqueo telefónico. El bloqueo es el sistema que impide que dos trenes se encuentren a la vez en una misma zona de la vía. Pero la seguridad del bloqueo telefónico depende críticamente del factor humano: un jefe de estación.
La tecnología de 2003 ya permitía sistemas más seguros. Pero la vía de Chinchilla no tenía tanto tráfico, ni tan rápido, como para justificar la inversión en esa mejora.
En 2003, un jefe de estación en Chinchilla se equivocó dando la salida a un tren de viajeros hacia un tramo de vía que estaba ocupado por un mercancías circulando en sentido contrario. 19 personas perdieron la vida1.
El tren de Chinchilla nunca se recuperó de aquello. Hoy, el tren de alta velocidad llega a Murcia, pero lo hace desde Alicante. No es el trayecto más rápido: si se reformara la vía de Chinchilla, podría recortarse el tiempo de viaje de Madrid hasta Murcia en veinte minutos.
Aquí tenéis a casi todos los alcaldes de la antigua línea de Chinchilla a Cartagena, exigiendo amargamente «su» tren de alta velocidad. Obviamente, los alcaldes de Tobarra, Cieza o Calasparra no saben qué pasó en Malagón2.
Seguro que todos los que estamos aquí, incluso cualquier posible alcalde, entendemos bien que un tren de alta velocidad es más eficiente, energéticamente hablando, cuantas menos paradas hace. Que hacerlo parar cada pocos kilómetros no solo es un dispendio de energía, sino que terminaríamos con algo que para nada podría llamarse «de alta velocidad».
Pero parece que estos alcaldes necesitan una explicación con marionetas. No tengo marionetas a mano, así que usaré figuritas de Lego y un dulce manchego. El tren de alta velocidad será este Supermán de Lego.
Los viajeros, por su lado, son estos bartolillos. Los dulces manchegos, quizá no los conoceréis, son muy secos, pero también muy frágiles. Estos bartolillos apenas son conocidos fuera de La Mancha porque se rompen muy fácilmente en el transporte.
Ahora imaginaos que los lleva Supermán. Parando y arrancando en cada estación del camino entre Albacete y Murcia. Ya os imagináis lo qué llegará a Murcia… Una caja llena de migas.
La solución de transporte razonable en esas condiciones no es Supermán. Es este repartidor normal. Nada de superhéroes. Un simple repartidor con gorra que lleva su carga con cuidado. Como de por sí no es muy rápido, las paradas frecuentes no afectan a su velocidad media.
Si Supermán era un tren de alta velocidad, el repartidor es un tren regional.
Es dudoso que Murcia consiga otro tren de alta velocidad cuando ya tiene uno. Aunque no sea el más rápido posible. Desgraciadamente, también es dudoso que la línea de Chinchilla vuelva a la vida3. Con las obras del tren rápido, ya no se justificaba seguir enviando trenes por la vía antigua. Y lleva dos años vacía.
Oficialmente no cerrada. Aún.
(Continua en la tercera parte.)
Comentarios
2 respuestas a «La maldición de la pata de mono (2/3)»
[…] (Continúa en la segunda parte: La maldición de la pata de mono (2/3).) […]
@blog Un error de mucha gente es asegurar que la línea de alta velocidad que llega a Murcia es la línea que lleva a Madrid. Lo de Murcia es el inicio del Corredor Mediterráneo pero que curiosamente enlaza con Madrid y no con Valencia. Alguien con mucha sorna lo llamó el corredor Madridterráneo.
Otro error de planificación es destruir líneas para sustituirlas por otras diferentes. El caso de Chinchilla o el de Toledo son la muestra dejando pueblos sin servicio regional.