Una vía férrea sobre balasto con traviesas de madera.

Traviesas traviesas

Sigamos avanzando por unas ignotas vías rurales del Oregón de los locos años veinte que simulan ser las de la vieja Georgia confederada en El maquinista de La General. En la escena anterior habíamos intentado zafarnos de un vagón suelto sin éxito, aunque pronto los espías yanquis a los que perseguimos nos librarán, sin querer, de él. La idea no era mala: empiezan a lanzar traviesas desde su tren sobre la vía. Las traviesas son lo suficientemente pesadas y rígidas como para hacer descarrilar a nuestro héroe. La primera de ellas hace volcar el vagón que nos precede. Lanzan dos más. ¿Qué hará Johnnie?

Johnnie retira in extremis una traviesa arrojada a la vía por sus enemigos, es arrollado por el apartavacas de la locomotora y usa la traviesa recogida para arrojarla con puntería sobre otra traviesa y librarse así de ambas. (Vídeo: dominio público)

Hemos llegado a una de las secuencias más famosas de la película. De ella se ha dicho que Buster Keaton se estaba jugando la vida, literalmente, porque la situación que se muestra aparenta no tener trucaje alguno. Podría haber provocado desde su atropello por la locomotora —que, además, habría quedado grabado en película para la posteridad— hasta el descarrilamiento del monstruo de acero resollante seguido de un más que probable aplastamiento.

Miremos la escena de nuevo. Aquí no parece haber traza de haber sido acelerada: la locomotora avanzaba a la velocidad que se ve en la película, a paso de hombre. El término ferroviario «paso de hombre» —¿qué tal si lo modernizamos a «paso de peatón»?— es menos nebuloso de lo que parece, al menos en las normativas de circulación: cinco kilómetros por hora, que seguramente serán tres millas por hora en los Estados Unidos. A esa velocidad, Keaton puede saltar desde la locomotora y, corriendo más que ella, alcanzar la primera traviesa para sacarla de su sitio justo cuando el apartavacas se lo lleva por delante.

paso (m) de hombre {A: Schrittgeschwindigkeit (f); C: pas (m) d'home; E: gizon abiadura; F: pas (m) d'homme; G: paso (m) de home; I: walking speed} | velocidad de 5 km/h a que se autoriza a pasar una circulación en un tramo de vía que tiene establecida una precaución
Definición del Diccionario Políglota del Tren, Mario León, ed. Ediciones Luna (Madrid, 1997).

El apartavacas, botavacas o, con menor idiosincrasia, deflector de obstáculos, es ese faldón tan característico de las locomotoras de las películas del Oeste americano que, fiel a su nombre, apartaba vacas o bisontes cuando aún quedaban en número suficiente como para tener que apartarlos. Lo hacía, gracias a su perfil «vacadinámico», hacia arriba y los lados en caso de atropello. No tenía que ser mortal si la locomotora avanzaba con suficiente parsimonia. En este caso, Keaton se las arregla para sostenerse con los pies, reclinado sobre el metal, mientras con los brazos sostiene la traviesa que acaba de retirar de la vía. En un momento emocionante, la locomotora se acerca inexorable a la segunda traviesa, que se encuentra atravesada y apoyada sobre uno de los raíles. Keaton levanta la que tiene entre sus brazos y la lanza contra el extremo más elevado de la otra.

¡Diana! La traviesa lanzada impacta haciendo palanca. Ambas terminan fuera de la vía, y nuestro protagonista y su locomotora, una vez más, fuera de peligro. Pero ¿estaba Keaton realmente en riesgo? Indudablemente sí, pero menos del que parecía. Fijémonos en las traviesas que manipula. ¿No parece que Keaton está muy fuerte para lo poca cosa que parece?

Echemos unas cuentas aproximadas. La locomotora The General original estaba construida para circular por vías de cinco pies de ancho (1524 milímetros) y fue reformada a finales de siglo XIX para circular por vías de ancho internacional (1435 milímetros) cuando el ancho original, usado mayoritariamente por los ferrocarriles en los estados del Sur esclavista, quedó definitivamente obsoleto. No tenemos idea del ancho de la vía de Oregón que usó Keaton en su película, pero para la cuenta que vamos a hacer no es muy importante. Podemos asumir que estaría alrededor de metro y medio. Las traviesas sobresalen de los raíles aproximadamente medio metro por cada lado, así que estimaremos su longitud total en 2,5 metros. Supongamos también que la sección, claramente cuadrada, es de veinte centímetros de lado. Por tanto, el volumen de la traviesa es de 0,1 metros cúbicos. Si el peso específico de la madera de roble, típica de las traviesas, es de 720 kg/m³, cada traviesa debería pesar 72 kilos.

¿Podía Keaton levantar por encima de su cabeza y arrojar con puntería un tarugo de dos metros y medio de largo y más de setenta kilos de peso? Él mismo medía 1,65 metros, y con su constitución física no debía pesar más de sesenta o sesenta y cinco kilos. Existe, sin embargo, la posibilidad de que las traviesas usadas fueran de pino. La menor densidad de su madera hacía las traviesas menos duraderas; a cambio, eran más baratas. Estamos hablando de alrededor de cincuenta kilos.

Keaton sostiene una traviesa con un brazo mientras hace equilibrios sobre el apartavacas de su locomotora en El maquinista de La General.
Escena de El maquinista de La General. (Imagen: dominio público)

Si Keaton usó traviesas falsas, podría haberlas hecho todavía más ligeras de haber utilizado otras maderas (¿cedro?). En una película en blanco y negro habría bastado con barnizarla para que la apariencia en pantalla fuera creíble. Si nos fijamos con cuidado, vemos que el tocho que sostiene tiene una superficie muy plausible. No es cartón, ni parece nada hueco. Pero algunos cantos se ven más claros, como si los hubiera lanzado varias veces para practicar y se hubieran deteriorado algo.

Así y todo, hablamos de lanzar un tablón de unos treinta y cinco kilos contra otro igual, un instante antes de que la locomotora vaya a llevárselo por delante. Una madera más ligera, en un impacto así, se podría haber roto en pedazos en vez de hacer descarrilar la máquina. Con bastante seguridad. Casi, casi seguro.

¿Seguro del todo? La verdad, no creo que fuera un experimento que Keaton estuviera dispuesto a hacer.

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Comentarios

Una respuesta a «Traviesas traviesas»

  1. @blog Acabo de aprender que "eso" se llamaba apartavacas.

    Y, mucho más importante, queda bautizada la apasionante rama ingenieril de la vacadinámica.

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