Una calle de un cementerio con nichos en cinco niveles. La mayoría tienen flores, pero salvo eso dan la impresión de ser un edificio enorme y muy aburrido.

Muy de nicho, o la importancia de la divulgación en el transporte

Si me dieran un euro por cada vez que me han dicho algo como «qué interesante lo que cuentas, aunque es muy de nicho, ¿no?» ahora tendría… Diez o quince euros. ¿Pensabais que serían más? Ya dije por aquí que no erais muchos, queridos lectores. Pero la impresión persiste. Divulgar sobre movilidad es «muy de nicho». Mientras, mis divulgadores biosanitarios de referencia lo petan donde vayan contándonos lo del ratón lanudo, algo clave para nuestra vida cotidiana. Y mis amigos físicos hacen temblar las tortugas que sostienen el mundo con temas como los fuertes indicios de la existencia del toponio, un estado no perturbativo de una pareja quark-antiquark top. No necesito decir más1.

Ahora bien, la movilidad es importante. Podríamos remontarnos a que la rueda —el conjunto eje-rueda en realidad; la rueda sola no sirve de gran cosa— es una de las primeras tecnologías reconocibles de la humanidad que no está basada claramente en algún fenómeno observable en la naturaleza. También podríamos afirmar que el transporte es responsable del 15,7 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, algo que podemos ignorar a nuestra cuenta y riesgo.

Diagrama de sectores (tarta) mostrando la distribución de las emisiones de gases de efecto invernadero. El 75,7% se deben a usos energéticos, que se desglosan en un 29,7% para electricidad y calor, un 13,7% para el transporte (sin incluir rutas internacionales), un 12,7% para fabricación y construcción, un 6,6% para edificios, otro 6,6% para emisiones fugitivas, un 4,4% para combustiones diversas y un 2% adicional para rutas internacionales de transporte marítimo o aéreo.
Emisiones globales de gases de efecto invernadero por sector, 2021. (Fuente: World Resources Institute, Climate Watch)

O que la movilidad, en general, ocupa un tiempo precioso de nuestras vidas que querríamos que fuera lo más agradable posible. O breve, al menos. Según una exhaustiva, pero necesariamente imprecisa, encuesta de uso del tiempo realizada por Eurostat, los españoles pasamos nada menos que dos horas y cuarenta y nueve minutos cada día moviéndonos de un lado para otro, bien a pie, como conductores de algún medio de transporte privado o como pasajeros de un transporte público.

La Comisión Europea solo encargó dos veces esta encuesta. Hojeando los manuales y los metadatos se entiende por qué: es de una complejidad diabólica. Codificar todas las posibles actividades que un encuestado cualquiera puede realizar a lo largo de un día requiere de una dedicación monomaníaca al registro. La prueba: existía un código de actividad en la encuesta para ¡rellenar la propia encuesta!

Además, la encuesta europea tiene en cuenta la posibilidad de que haya actividades «primarias» y «secundarias», es decir, tareas que se realizan a la vez que otras. El dato que he extraído de la encuesta es el total de ambas, por lo que es fácil que esté sobrestimado. Una alternativa es acudir al Instituto Nacional de Estadística, que en su Encuesta de Características Esenciales de la Población y las Viviendas reserva una tabla para contabilizar el tiempo que reportan los encuestados en sus desplazamientos entre casa y trabajo o estudios. Más de 1750000 personas reportan desplazamientos de 90 o más minutos, todos los días, aunque la media está ligeramente por encima de los 40 minutos.

Gráfico de barras que muestra la cantidad de personas en función del tiempo que gastan diariamente en media para desplazarse hasta y desde su lugar de trabajo o estudios. Hay cinco barras: menos de 20 minutos, entre 20 y 40 minutos, entre 40 y 60 minutos, entre 60 y 90 minutos y más de 90 minutos. Los valores son: 4979818, 5653351, 4131769, 2363128, 1769483.
Movilidad cotidiana: personas de 16 años o más según el tiempo diario dedicado al desplazamiento al lugar de trabajo/estudio. (Fuente: INE)

La mayoría de los habitantes de España lo son de poblaciones urbanas, por lo que también es significativo contar con datos específicos. En la Comunidad de Madrid disponemos de las estadísticas del Consorcio Regional de Transportes, que, aunque no se han refrescado desde 2018 —¿nada ha cambiado en siete años?—, nos revela que el habitante medio de la región emplea una hora y diez minutos, todos y cada uno de los días de su vida, en transportes.

Casi un cinco por ciento del tiempo. Cuatro años enteros de la vida de una persona. Decidme ahora que el transporte es una preocupación «de nicho».

Bibliografía

European Commission, ed. Harmonised European Time Use Surveys: 2008 Guidelines. Methodologies and Working Papers. Luxembourg: Eurostat, 2009. https://ec.europa.eu/eurostat/web/products-manuals-and-guidelines/-/ks-ra-08-014.

Eurostat. (2022). Time spent on travelling by mode of transport [Dataset]. Eurostat. https://doi.org/10.2908/TUS_00TRAVEL

Instituto Nacional de Estadística. (2021). Encuesta de Características Esenciales de la Población y las Viviendas [Dataset]. https://ine.es/dyngs/INEbase/operacion.htm?c=Estadistica_C&cid=1254736177092&menu=ultiDatos&idp=1254735572981

Encuesta de Movilidad de la Comunidad de Madrid 2018. Documento Síntesis. (2019). Consorcio Regional de Transportes de Madrid. https://www.crtm.es/media/emxacg4d/edm18_sintesis.pdf

  1. Tanto Francis Villatoro como Lluís Montoliú son, además de fantásticos divulgadores, excelentes personas que no se tomarán a mal esta referencia… si llegan a leerla, claro. En ese caso, les debo la bebida sin alcohol o de baja graduación alcohólica de su preferencia, pagadera en el próximo Naukas Bilbao. ↩︎
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