—Las ciencias nacen desnudas y temblorosas, Simplicia, como bebés recién alumbrados. Sus madres no pueden sospechar, como las de los hijos reales, hasta dónde llegarán sus vástagos. ¿Se alzarán frente a la ignorancia, cambiarán las vidas de millones de seres, dominarán el mundo? ¿O fracasarán, serán olvidadas y reemplazadas por otras más fértiles? En el comienzo de la vida el futuro está cubierto de la niebla más opaca, y como para cada una de nosotras, la incógnita sobre cuándo floreceremos…
—¡O si floreceremos!
[…]
Confieso que la última vez que me presenté a un concurso de algo estaba en séptimo de EGB. Es decir, que tenía once años —sí, no doce, once; pero eso es una historia para otro momento. Aunque ahora ya es la penúltima: la nueva última fue este verano, cuando decidí tras bastante zozobra presentarme al certamen de divulgación científica DIPC 2017 que organizaba Ciencia Jot Down.
Gané un accésit. ¿Qué es un accésit? En fin, espero que el artículo —escrito en mi interpretación personal del «tono Jot Down»— no os aburra demasiado. Con vosotros «El nacimiento de una metáfora».