Elon Musk, con una bandana tapándole la cara, está de pie y de brazos cruzados junto a los restos del prototipo SN8 de Starship, del que puede apreciarse el morro y una de las aletas estabilizadoras. Hay un perrito en medio.

Algunos moriréis, pero es un sacrificio que estoy dispuesto a realizar

No por esperado es menos descorazonador: en no se aplican las reglas de seguridad estándares en la industria porque su dueño considera que cualquier sacrificio (no suyo, de otras personas) es aceptable para lograr un objetivo deseable a largo plazo. Al final de este texto revisaremos el supuesto objetivo, pero de momento quedémonos con un fragmento de información tan alarmante como estúpido: el señor Musk obliga a repintar su maquinaria pesada en negro o azul y ni siquiera permite que sus empleados utilicen chalecos reflectantes porque «no le gustan los colores brillantes».

Pero no permitamos que Musk sea el que se lleve todos los palos. Al organismo federal encargado de la seguridad en el trabajo de los EE. UU., el OSHA (Occupational Safety and Health Administration), al igual que a sus homólogos estatales, le parece fetén que una empresa de más de 13000 empleados con una facturación de 4,6 millardos de dólares (2022) pase años enteros sin reportar estadísticas de accidentalidad laboral en sus centros de trabajo.

Centros en los que los trabajadores manuales, muchos no blancos, acaban con mutilaciones, secuelas permanentes o en coma. Con una frecuencia alarmantemente superior al del resto de su sector. En el caso más impactante, en el año 2016 el centro de trabajo del Centro Espacial Kennedy reportó 21,5 incidentes por cada 100 trabajadores. Sorprendente: 27 veces la media del sector aeroespacial. Más sorprendente: en 2016 solo trabajaban allí 50 personas. Y para colmo de la sorpresa: SpaceX no ha vuelto a reportar datos de la ubicación, que ha crecido explosivamente desde entonces.

¿Y qué hay de ese objetivo deseable a largo plazo por el que Musk está dispuesto a sacrificar las vidas que sean necesarias? Hablo, naturalmente, de la colonización de Marte. De hacer que la civilización humana sea multiplanetaria. De proporcionarnos una «copia de seguridad» en caso de que algo realmente malo suceda en la Tierra.

Que la colonización de Marte sea algo deseable a largo plazo es una cosa que ha decidido Musk por su cuenta. No se ha detenido a pensar si su mano de obra, necesaria e imprescindible, tendrá que ser esclava a todos los efectos. Imaginad una huelga en Marte donde la patronal controla no ya el grifo del dinero, sino el del oxígeno. Tampoco ha considerado si Marte puede tener o no un ambiente nativo digno de preservación. Sus trabajadores manuales no blancos pueden ser sujetos a todo tipo de indignidades: un incidente que terminó con la amputación de dos dedos de un trabajador se resolvió pagando una multa de 750 dólares. ¡Qué importarán los hipotéticos microbios marcianos!

Pero que la colonización de Marte sea realmente el objetivo a largo plazo de Musk es algo que solo sabemos porque él lo ha afirmado. La única verdad es que que está diseñando un sistema de lanzamiento, Starship, que es manifiestamente incapaz de abandonar la órbita baja terrestre sin un número absurdo de misiones de reabastecimiento de combustible por viaje. Se habla de 4 a 8 lanzamientos solo para llegar a la superficie lunar. Y se acepta la incertidumbre, pese a que hay desde hace años una obligación contractual con NASA para ejecutar, con una variante de Starship, los módulos de aterrizaje lunar del programa Artemisa.

Pero la capacidad de Starship que sí está clara es poner en órbita satélites para su constelación de comunicaciones Starlink. Entre 60 y 120 por lanzamiento. Uno puede sospechar, en esta ensalada de bravuconería y dudas, que el objetivo de Starship no es ir a Marte. Y sí apropiarse de la órbita baja y crear un monopolio de facto en el sector de la conectividad por satélite de baja latencia.

reuters.com/investigates/speci


Nota original en el Mastodón de @brucknerite (podría haber sido borrada).

Comentarios

3 respuestas a «Algunos moriréis, pero es un sacrificio que estoy dispuesto a realizar»

  1. @blog Su puta madre en un pozo de mierda. Ni mas ni menos

  2. @blog Y como tantos y tantos … hijos de mil padres.

  3. @blog Esta actitud está completamente alineada con el Longterminism, el Efective Altruism y demás cultos ideológicos que práctican en Silicon Valley, es una cosa bastante preocupante