Otra vez el #hyperloop, esta vez de la mano de los holandeses de Hardt Hyperloop. Han presentado su plataforma de pruebas, la más larga de Europa: 420 metros de tubo (¿la longitud es casual1?) a lo que parece escala 1:2, con la novedad mundial de demostrar, por primera vez, un desvío. La tecnología del desvío siempre había estado en el camino crítico de la viabilidad del hyperloop, pero había sido ignorada hasta ahora. Como si todas las conexiones pudieran ser estrictamente punto a punto, o como si las estaciones terminales fueran a tener tan solo una vía —perdón, un tubo— de ida y otra de vuelta. ¿Está nuestro pipe dream2 favorito más cerca de la realidad?
No. Y van a ser los propios ingenieros de Hardt, empresa a la que podríamos llamar «los tapados del hyperloop», quienes nos lo demuestren. Y es que han decidido regalarnos un recurso maravilloso: documentación. El sitio de documentos de Hardt es un tesoro lleno de perlas. Enseña, a la vez, cómo describir un sistema complejo de ingeniería, y por qué hyperloop no tiene ninguna posibilidad de salir adelante en el mundo real.
No he tenido tiempo todavía de leerlo todo, pero estoy seguro de que saldrán de ahí horas y horas de diversión. Vamos con un ejemplo: el hyperloop de Hardt afirma que puede sostener, con cápsulas de 40 pasajeros, un flujo de 11000 plazas por hora y sentido con velocidades de crucero de 700 kilómetros por hora.
Vamos a olvidarnos del platooning de momento3. Para que quepa toda esa gente hay que meter 275 cápsulas por hora, una media de 4,6 por minuto, o una cada 13,1 segundos. En ese tiempo, a 700 kilómetros por hora, se avanzan 2545 metros. Ese va a ser nuestro mínimo absoluto de distancia de frenado. Olvidémonos también de que podríamos ir cuesta abajo, con lo que los números saldrían más desfavorables: para detener una cápsula en esas condiciones es necesario aplicar una deceleración sostenida de 7,43 m/s².
Los ingenieros de Hardt han hecho los mismos números, introduciendo por el camino algún coeficiente de seguridad algo magro:
Es decir, en caso de emergencia, el vehículo de Hardt nos regalaría una experiencia de deceleración cercana a 1 g durante más de 24 segundos. Como si, en parado, tomáramos la cápsula llena de gente y la pusiéramos de repente en vertical sobre su morro. Con los cinturones de seguridad previstos, idénticos a los usados en aviones de pasajeros, sería como colgar personas del techo por la cintura: algo que en el mejor de los casos será extremadamente desagradable, y en el peor, capaz de provocar lesiones y hemorragias internas. Pero siempre será mejor eso que no llevar el cinturón: una caída de hasta veinte metros (la longitud aproximada de la cabina), rebotando contra asientos, techo y otros pasajeros no puede terminar bien. Nada de subir a un hyperloop e ir al baño.
Este es solo un ejemplo de las preguntas que surgen cuando se hojea la documentación del sistema, pero hay muchas otras. Quizá, solo quizá, Hardt haya cometido un error poniendo en negro sobre blanco los números que, hasta ahora, otras empresas habían ofuscado, cuando no directamente ocultado, y los críticos teníamos que adivinar. Si os apetece, otro día seguimos.
#leyendo https://www.hardt.global/press/european-hyperloop-center-opens-up-for-the-first-test
- «420» es, en inglés al menos, un código que significa «marihuana». ↩︎
- Literalmente, pipe dream en inglés es «castillo en el aire». Pero la metáfora anglosajona para expresar una quimera imposible es, curiosamente, un «sueño tubular». ↩︎
- En un sistema como este, el tamaño del platoon de vehículos admisible viene dado por el número de personas que estemos dispuestos a sacrificar en caso de accidente. En efecto: en un grupo de vehículos coordinado para circular a distancias inferiores a la de frenado de seguridad, una emergencia súbita en la vía no es sobrevivible por ninguno de ellos. ↩︎
Nota original en el Mastodón de @brucknerite (podría haber sido borrada).