¡Por fin! ¡He podido contemplar con mis propios ojos y disfrutar en mis propias carnes el Tren Mágico de la Navidad en la línea 3 de Metro de Madrid! Fue una casualidad que, justo antes de que pasara por mi andén, pudiera ver en el opuesto este otro tren tan llamativo, vinilado y decorado con tiras led de colores:

Tras seis minutos más de espera, pasó, con su magia madrileña, el fastuoso Tren de la Navidad:

¡Mirad, más magia! ¿Hay seis personas por metro cuadrado? ¿Más?

La capacidad máxima de un transporte en el que se considera aceptable viajar de pie —generalmente sistemas urbanos, hasta que Ryanair y demás calaña se salgan con la suya— suele calcularse asumiendo que seis personas pueden empaquetarse para encajar en un metro cuadrado útil. Veámoslo en la ficha técnica de los trenes de la serie 3000 de Metro de Madrid, que es el vehículo que nos ocupa hoy:

Las personas, sin embargo, no son naranjas. Además de presentar tamaños y formas irregulares, el hecho de estar vivas y, presumiblemente, no tratarse de seres eusociales como hormigas y termitas, hace que no se pueda asumir con alegría que la capacidad de un medio de transporte sea la resultante de multiplicar la superficie en la que es posible mantenerse en pie por el número máximo de cuerpos que caben en un metro cuadrado. Es necesario considerar aspectos adicionales. Algunos tan obvios como la necesidad de entrar y salir a los vehículos. Otros tan ajenos a la experiencia de un planificador del transporte que nunca utiliza sus propios servicios como el bienestar psicológico de los pasajeros. ¿Y qué ocurre en caso de emergencia?
El Documento Básico de Seguridad en caso de Incendio que emana del Código Técnico de la Edificación, en su sección 3 (Evacuación), apartado 2, aporta un criterio de cálculo de aforos de seguridad: una persona de pie debe disponer de 0,25 metros cuadrados para garantizar que, en caso de emergencia, es posible moverse sin problemas. Este número arroja una ocupación máxima de cuatro personas por metro cuadrado, un 33 por ciento menor que el que se está utilizando en vehículos de transporte público.
Otras fuentes ofrecen resultados similares:
Es decir, no se trata únicamente de cuántas personas se pueden encajar en un tren, sino de cómo de seguro será evacuarlas en caso de emergencia. Tenemos un problema con los cálculos de capacidad máxima del transporte público y estamos, literalmente, jugando con fuego.


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