Público aproximándose al palacio Euskalduna para asistir a una sesión del evento Naukas Bilbao. Se ve parte del edificio y su pantalla anunciadora con el cartel del evento.

La bomba lenta que arrasó América (transcripción)

Comparto con vosotros una versión en texto de la charla que di el pasado 19 de septiembre de 2025 en el evento Naukas Bilbao, en el palacio Euskalduna.

Primera diapositiva de la charla "La bomba lenta que arrasó América". Aparece el título, mi nombre (Iván Rivera), la dirección de mi blog (brucknerite.net) y mi dirección de red social federada en Mastodón (@brucknerite@social.brucknerite.net). El fondo parece una explosión, en tonos anaranjados.
Panorámica aérea de Gernika después del bombardeo de la aviación nazi en 1937. Imagen: Wikimedia Commons.

Gernika.

Panorámica desde la torre de la catedral de la ciudad de Dresde después del bombardeo de 1945 por la aviación aliada. Imagen: Wikimedia Commons.

Dresde.

Panorámica aérea de Hiroshima después de la explosión de la bomba atómica lanzada por los Estados Unidos. La zona ha quedado prácticamente vacía, y apenas hay un puñado de edificios en pie. Imagen: Wikimedia Commons

Hiroshima.

Las bombas destruyen edificios. Pero si hay ciudadanos para seguir adelante, la ciudad volverá a florecer.

Hay, sin embargo, bombas más eficientes que las bombas. Porque no solo destruyen edificios. También revientan la ciudadanía. Y sin ciudadanía no hay ciudad. Son lo que yo llamo «bombas lentas».

Procesos económicos y políticos que pueden vaciar una ciudad. Alianzas nefastas entre especuladores inmobiliarios y urbanistas cegados por la visión de un futuro falso.

Hoy he venido a contaros una historia de destrucción a una escala inimaginable.

Centro de Detroit, EE. UU., en los años 20 del siglo XX. Aparecen peatones, coches y tranvías. Imagen: Library of Congress.

Hace más de un siglo, las ciudades en los Estados Unidos de América se parecían a las europeas. Eran ciudades densas, caminables. Con peatones. Con tranvías eléctricos.

Fotografía antigua de un pozo petrolífero escupiendo petróleo a presión en los EE. UU. Imagen: DeGolyer Library, Southern Methodist University.

Entonces se descubrió petróleo y se vio que era abundante y barato.

Logos de General Motors, Chevron, Firestone, ConocoPhillips y Mack, las empresas herederas en la actualidad de las citadas en la charla. Vía Logos-World.

La industria naciente del automóvil se encontró con un regalo venido del corazón mismo de la Tierra y junto a las empresas petroleras, concibió un plan.

Un autobús y un tranvía juntos en una calle. El autobús lleva una pancarta con el mensaje "I start Sunday", y el tranvía otra muy similar, que reza "I quit tomorrow". Imagen: Los Angeles Times Photographic Archive.

En los años 30 empezaron a comprar todas las empresas de transporte público de los Estados Unidos. La idea: sustituir los obsoletos tranvías por «modernos» autobuses que consumirían petróleo y neumáticos, además de no estorbar a los coches.

Tranvías en un desguace, apilados en tres alturas y rodeados de chatarra. Imagen: Los Angeles Times Photographic Archive.

Pronto las grandes redes de vías férreas urbanas desaparecieron. Pero no es ningún misterio que un autobús con cuarenta personas a bordo consume menos combustible y es menos rentable que cuarenta automóviles con una persona.

Una cola de personas negras (hombres, mujeres, niños) esperan frente a una gran valla publicitaria en la que, bajo el mensaje "World's highest standard of living" y "There's no way like the American Way" una familia acomodada de personas blancas (marido, esposa, niña, niño, perro) circula en un coche. Imagen: Margaret Bourke-White, Rare Historical Photos.

Así que, mientras se promocionaba el automóvil como clave del sueño americano, las líneas de autobús se iban dejando morir. Sin mantenimiento. Desvencijadas. Quedaban solo para los más desfavorecidos. Casualmente solían ser gente negra.

Mientras, las empresas de automoción vendían el futuro.

Retrato de Norman Bel Geddes. Lleva americana cruzada y corbata. Consulta unos planos sentado en un sofá. Imagen: Corbis, Bettmann Archive.

Usaron para ello la visión de un diseñador revolucionario: Norman Bel Geddes.

Entradilla de la serie de dibujos animados "Futurama" de Matt Groening. El subtitulo reza "As seen at the 1939 World's Fair". Imagen: The Curiosity Company, 20th Century Fox Television.

En 1939 inauguraron Futurama. Bueno, no la serie de dibujos de Matt Groening, sino su antecesora.

Colas a la entrada del pabellón "Futurama" de General Motors en la exposición universal de 1939 en Nueva York. Las colas siguen unas rampas de entrada curvas, y la arquitectura es futurista. Imagen: Albert Kahn Family of Companies.

Esta es la Futurama primigenia. Un pabellón espectacular en la Exposición Universal de Nueva York, pagado por General Motors. En él, colas interminables de visitantes contemplaban la ciudad del futuro.

Dos imágenes del interior del pabellón Futurama, mostrando la gran maqueta de la ciudad del futuro. Los coches en las autopistas tienen un tamaño menor de un centímetro. En la segunda imagen se aprecian los asientos móviles desde los que los visitantes podían contemplar la maqueta. Imagen: Corbis, Bettmann Archive.

Inmensos rascacielos. Laberínticas autopistas de decenas de carriles. Un coche por persona, una persona por coche.

Fotografía de busto del presidente D. D. Eisenhower, frente a un mapa con el plan del sistema nacional de autopistas interestatales para la defensa, que recorren todos los estados contiguos de los EE. UU.

La guerra mundial retrasó los planes, pero en los años 50, los lobbies del petróleo y el motor lograron que el presidente Eisenhower aprobara la nueva red de autopistas interestatales. Serían consideradas de interés público y por tanto, gratuitas.

A Eisenhower le dijeron que serían claves para evacuar a la población si los rusos atacaban, pero los ayuntamientos beneficiados por el programa vieron en él algo muy distinto. Una oportunidad de oro para librarse de sus barrios indeseables. Casualmente, donde vivía la gente negra.

Esto ocurrió en casi todas las metrópolis estadounidenses, así que escogeré un ejemplo para mostrarlo.

Vista aérea de Kansas City (Misuri) en 1955. Imagen: Shane Hampton, University of Oklahoma.

En 1955 Kansas City aún era una ciudad densa, con manzanas de pequeños edificios rodeando los rascacielos de la almendra central.

Vista aérea de Kansas City, Misuri, en 1955, con las futuras autopistas marcadas en líneas rojas. Delimitan el centro con una forma rectangular de aproximadamente 15 por 8 manzanas. Imagen: Shane Hampton, University of Oklahoma.

Las autopistas debían conectarse unas con otras y permitir llegar hasta el centro.

Kansas City, Misuri, en 2014, con el sistema de autopistas finalizado y muchas de las manzanas de alrededor demolidas. Imagen: Shane Hampton, University of Oklahoma.

Centenares de manzanas habitadas fueron sumariamente demolidas. Los habitantes más pobres (ya sabéis quiénes) quedaron abandonados en zonas depauperadas. Sin comercio. Sin equipamientos.

Su tejido urbano y social había muerto.

Vista isométrica del centro de Kansas City. Se aprecia una gran cantidad de manzanas vacías que sirven como aparcamientos. Imagen: Google Maps, Landsat, Copernicus.

El centro, para admitir el tráfico rodado que ahora podía llegar, debió ser también parcialmente demolido para hacer sitio a aparcamientos.

Panorámica aérea de gran altura de un área suburbana en Kansas City, mostrando un tejido urbano similar a los alvéolos pulmonares hasta perderse en el horizonte. Imagen: Google Maps, Landsat, Copernicus, Airbus, NOAA.

Los residentes más ricos (casualmente blancos) pudieron marchar a un extrarradio de casas unifamiliares en calles clónicas, donde nada podía hacerse sin coche. Suburbios poco densos que se expandieron sin medida como un cáncer sobre la tierra, aumentando el valor de terrenos rústicos en manos de los promotores inmobiliarios y creando una ciudad sin ciudadanos.

Una ciudad muerta.

Mapa del área metropolitana de Kansas City (Misuri, Kansas). En diferentes colores, los municipios que la componen. Imagen: Wikimedia Maps, OpenStreetMap.

El área metropolitana de Kansas City tiene hoy alrededor de dos millones doscientos mil habitantes. Más o menos como Euskadi.

Área metropolitana de Kansas City (Misuri, Kansas), con el perfil de Euskadi en color negro sobreimpreso como comparación. Imagen: Wikimedia Maps, OpenStreetMap.

Pero su extensión es tres veces mayor.1

Panorámica de Dubai mostrando rascacielos y un inmenso nudo de autopistas entre ellos. Imagen: David Rodrigo, Unsplash.

Este modelo de «ciudad del futuro» se repitió en muchos otros lugares del mundo. A veces construyéndolas así de nueva planta. A pequeña escala, como en los PAU de Madrid. A gran escala, como en los emiratos del golfo Pérsico.

También, a veces, demoliendo barrios «indeseables».

Mapa de la franja de Gaza mostrando las áreas destruidas el 29 de octubre de 2023 en color rojo. Van aumentando en fechas posteriores, expandiéndose por casi todo el territorio. Imagen: Corey Scher (CUNY), Jamon Van Den Hoek (OSU), vía Al Jazeera.

Una vez más lo estamos viendo ante nuestros ojos en la franja de Gaza. Una zona urbana con aproximadamente la misma población que Euskadi, pero mucho más densa. Más pequeña que el Gran Bilbao.

Y está siendo arrasada con bulldozers, pero sobre todo con bombas. Y con todos sus habitantes dentro.

La administración estadounidense, capitaneada (casualmente) por el jefe de las inmobiliarias, ya ha publicado su plan de paz para cuando las bombas callen. Os avanzo que es un plan indigno, ilustrado con imágenes cutres creadas por inteligencia artificial.

¿Adivináis qué contiene?

Mapa de la franja de Gaza mostrando las áreas destruidas el 25 de septiembre de 2024 en color rojo. A la derecha, una imagen panorámica de una ciudad futurista con rascacielos al fondo prácticamente clonados (hay seis casi iguales). En segundo plano, centros comerciales e inmensos aparcamientos llenos de coches. En primer plano, una serie de personas con traje típico árabe saudita. Imagen: Al Jazeera, The Washington Post (avisa de que está generada por inteligencia artificial).

Rascacielos futuristas. Autopistas a todas partes. Manzanas enteras de aparcamientos. Alguien debió pensar: ¿por qué dejar que todo ese odio se desaproveche sin ganar de paso una fortuna?

Pero recordad que somos todos humanos, y lo que permitimos que hagan a otros nos lo podrán hacer a nosotros algún día.

Última diapositiva de la charla "La bomba lenta que arrasó América", con el mensaje "Eskerrik asko zure arretagatik / Gracias por vuestra atención", mi nombre (Iván Rivera), la dirección de mi blog (brucknerite.net) y mi perfil en Mastodón (@brucknerite@social.brucknerite.net). Imagen: autor.

Pensadlo. Pensadlo mientras toméis las calles y no mientras os atropellen las autopistas. Pensad en Gaza.

Eskerrik asko.


  1. Los mapas de estas dos diapositivas no aparecieron durante la charla. Los duendes del Powerpoint atacaron de nuevo. ↩︎

Reacciones en el Fediverso