Todos los modelos de coche autónomo de hoy son, en su base, turismos adaptados. Se toma un coche preexistente, se le proporciona el conjunto de sensores necesario para soportar su operación autónoma, se le dota de la potencia de cálculo y la conectividad de datos precisa y a rodar.
Sin embargo, tengo la impresión de que los coches autónomos del futuro no seguirán la plantilla del automóvil del presente, de la misma manera que los primeros automóviles de finales del siglo XIX eran poco más que coches de caballos, sin caballos.
El robotaxi del futuro —y tengo motivos para suponer que el automóvil privado, en el futuro, será una rareza del estilo del avión privado— tendrá una distribución de espacios diferente. Podemos ver un anticipo en este prototipo de Cruise «accesible». Ahora solo falta que se den cuenta de que…
- La distribución de plazas en 2+3 asientos orientados en sentido de la marcha es un artefacto del tamaño de los habitáculos, y este a su vez, consecuencia de la existencia del volante. Un automóvil con automatización de nivel 5 no necesita un volante, y por tanto no requiere que las plazas delanteras estén orientadas en el sentido de la marcha.
- Al prescindir de salpicadero (¿qué es lo que salpica? No lo quiero pensar), consola central y demás artefactos debidos a la distribución convencional de los mandos de un vehículo, es posible plantear arquitecturas de bancadas enfrentadas con doble acceso central. El uso predominante, urbano y periurbano a velocidades bajas, facilitará esta distribución.
- Un vehículo así, con el conjunto de baterías ubicado en el chasis y motores independientes en cada rueda no ganará ninguna carrera, pero tampoco necesita más voladizos en la carrocería que los justos para alojar equipaje, o incluso medios secundarios de transporte como patinetes. Un vehículo de tres metros y medio de longitud es, de repente, grande. Con lo que conlleva de cara a la gestión de las zonas de aparcamiento.
- Un espacio central diáfano ofrece múltiples posibilidades. Por ejemplo, con la simple adición de una rampa de acceso y un diseño inteligente de los bancos, todos los vehículos están instantáneamente adaptados para usuarios en silla de ruedas. Esto facilitaría su disponibilidad general, evitando un mal común en núcleos urbanos medianos o pequeños: los usuarios que requieren asistencia de movilidad se enfrentan a un hándicap constante a la hora de encontrar taxi.
- Por último, un espacio abierto central es mucho más fácil de controlar y mantener en condiciones operativas que el piso, absolutamente irregular y lleno de huecos, de un automóvil actual. El chófer de un taxi controla situaciones complejas e incluso puede disuadir de la realización de actos incívicos: un robotaxi no tendrá esa ventaja. Aunque será vigilado remotamente (lo siento por las expectativas de privacidad que determinados colectivos de usuarios potenciales tuvieran), la arquitectura de asientos orientados en la misma dirección y el piso irregular facilitan que incidentes como la indisposición de un pasajero no sean detectados a tiempo sin colocar cámaras en ubicaciones de dudosa justificación legal. Un robotaxi con asientos enfrentados en distribución 3+3 está mucho mejor preparado para quedar inhábil para el servicio antes de que un segundo usuario descubra el pastel. Y también puede volver al servicio más rápidamente, gracias a un volumen más sencillo de limpiar.
Van a tardar más de lo que nos prometieron, pero cuando el robotaxi llegue con fuerza, los modelos que actualmente se presentan como tales nos parecerán tan anticuados como a nuestros bisabuelos un faetón sin caballos.
#leyendo https://www.theverge.com/2023/9/14/23873374/cruise-wav-robotaxi-wheelchair-accessible-design-launch
Nota original en el Mastodón de @brucknerite (podría haber sido borrada).