Robar metal en una vía ferroviaria en uso no es lo más recomendable para la seguridad del ladrón. Hay que saber lo que se está haciendo, y aún así el riesgo es elevado. Aunque el cobre de la catenaria es la parte más visible y en principio más lucrativa, hay una serie de circunstancias que dificultan su sustracción. La primera, que está en tensión (3 kilovoltios en continua para líneas convencionales, 25 kilovoltios en alterna en alta velocidad): no pocos operarios han resultado heridos de gravedad o incluso han fallecido por una maniobra incorrecta durante el mantenimiento, así que qué decir de unos delincuentes que operan de noche y sin la coordinación de un equipo de seguridad en la subestación eléctrica que da tensión al área. La altura, alrededor de cinco metros y medio, y peso del hilo de contacto de cobre macizo y del sustentador y péndolas, de cable trenzado, no facilita tampoco el movimiento del metal sustraído sin medios mecánicos como grúas o sin trocearla in situ, lo que añade medios adicionales a la operación, alarga el tiempo necesario para ejecutar el robo y plantea dificultades en el acceso a la vía, que además está vallada en el caso de la alta velocidad.
Un objetivo más sencillo es el cable de circuitos de vía. Los circuitos de vía son elementos de seguridad que permiten determinar la presencia de un tren en la zona que cubren. Tenéis una explicación de su funcionamiento en este mismo blog. Los cables que se emplean para su montaje tienen una sección relativamente elevada (hasta 120 milímetros cuadrados en aluminio, algo menor si se ejecutan en cobre) porque por ellos circula parte de la corriente de retorno de la alimentación de tracción cuando el tren está pasando, aunque cuando no hay tren en la vía son como la borna de un circuito abierto, y por tanto es posible manipularlos. Estos cables parten de cajas del sistema de señalización a nivel de suelo y discurren parcialmente enterrados en el balasto hasta sus conexiones con los raíles. Las longitudes accesibles para un delincuente provisto de una cizalla no son, sin embargo, tan extensas como para que sea posible extraer una cantidad económicamente rentable en una noche, aunque se entre a la vía por varios puntos a robar.
Esto es exactamente lo que ha ocurrido esta noche en cinco puntos de la línea de alta velocidad Madrid-Sevilla entre Mora y Los Yébenes1, en la provincia de Toledo. Según el ministro Puente, 150 metros de cable han sido sustraídos en total. Por las fotografías, era cobre, con un valor mayor que el aluminio, pero de una sección más pequeña. En el mejor de los casos, los delincuentes podrán obtener un par de cientos de euros por su golpe. Por eso, y aunque el ministro sea dado a la hipérbole, no es frívolo hablar en este caso de sabotaje. Al menos dos personas, una furgoneta, una cizalla y un conocimiento preciso tanto de los accesos como del sistema ferroviario en su conjunto ha sido necesario para llevar a cabo este delito.



Lamentablemente, la vigilancia de toda la red ferroviaria por un método efectivo en costes es una asignatura técnica pendiente. Hace apenas unos meses coordiné la respuesta a un reto del administrador ferroviario Adif para dotar la infraestructura de medios para mejorar este aspecto. Es posible trabajar para aumentar la seguridad del sistema con costes razonables. Pero será difícil impedir por completo que desaprensivos con los conocimientos adecuados y más centrados en las consecuencias de su acción para la disponibilidad del transporte que de posibles ganancias económicas encuentren huecos en los que golpear. Y, dado el deletéreo clima político de esta época, también será posible introducir esta circunstancia en la absurda pero cotidiana «batalla cultural» de los voceros del caos, convertidos así en presuntos cómplices sobrevenidos.
- En principio se habló de cuatro zonas, pero finalmente el ministerio informa sobre cinco cortes en los puntos kilométricos 92.800, 93.600, 99.750, 101.400 y 102.200. ↩︎
Comentarios
Una respuesta a «Presuntos cómplices sobrevenidos»
Está claro que nos hackean y que la culpa es del presidente. XDD