Señal americana de carretera cortada o camino sin salida. Un rombo amarillo contiene el texto "DEAD END".

El efecto Dunning-Kruger no existe

Y yo no lo sabía, quizá porque el efecto Dunning-Kruger se empeñaba en rescatarse a sí mismo de su inexistencia haciendo presa en mi ignorancia, más visceral que formal, de un principio fundamental de la estadística: no es posible deducir nada de la correlación de una variable consigo misma, por muy disfrazada de otra cosa que venga.

¿De qué hablo? Veamos: el engendro conceptual que dio en llamarse efecto Dunning-Kruger fue descubierto por (vaya) David Dunning y Justin Kruger a finales del siglo pasado. Es el típico meme —en su sentido original de fragmento de información cultural funcional en sí mismo y susceptible de transmisión—:

Si la competencia de una persona en una tarea es baja, su percepción de competencia estará por encima de la realidad. Y al revés.

Dunning y Kruger, 1999

De otro modo, el proverbial estúpido va a creer siempre que es más capaz de algo que el prudente y preparado. Es demasiado jugoso para no ser cierto, e incluso podemos encajarle una explicación provisional. ¿Cómo va a medir bien alguien poco dotado para una tarea su habilidad realizándola? Deslicemos bajo la alfombra el hecho de que Dunning-Kruger asegurara que este sesgo siempre iba a ser positivo, y ya tenemos la historia armada. Un insultito más para el arsenal de los que se tomen (nos tomemos, ay) por listos.

Pero resulta que ni Dunning, ni Kruger, ni cualquiera de sus combinaciones lineales entendían de verdad la estadística de la cuestión, que además es de lo más simple. La realidad es que están derivando una relación a partir de la correlación de una variable, el resultado de una prueba para una población de sujetos (una nota en un examen, si queréis), con otra que no es más que la diferencia entre cómo juzga cada uno de los sujetos su capacidad frente a esa prueba y su propio resultado.

Este es uno de esos casos raros en los que ponerle letras al razonamiento hace saltar la liebre. Llamemos X al resultado de la prueba, e Y al juicio de cada uno respecto de su capacidad en esa prueba. La nota que creemos que sacaríamos. Lo que dice Dunning-Kruger es que cuanto menor es X, mayor es la diferencia entre Y y X. Pero eso significa que estamos evaluando una correlación entre Y – X y X. Es decir, que estamos buscando la relación entre una variable y algo que contiene la misma variable (junto a otra, pero eso no importa ahora). ¡Naturalmente que va a haber una correlación! Es tanto como decir que 1 es igual que 1.

No es tan fácil darse cuenta a primera vista porque parece que la afirmación es sobre Y, la nota que nos pondríamos nosotros mismos, pero no lo es. Cuando se repiten los experimentos de Dunning y Kruger teniendo esto en cuenta, el efecto desaparece por completo. Lo único que puede verse es algo que sí parece de sentido común: que a menor competencia, menor es la capacidad para estimar la competencia propia. Pero ¡en cualquier sentido, positivo o negativo!

Blair Fix lo explica prácticamente con marionetas en su artículo The Dunning-Kruger effect is autocorrelation. Sí, ya sé, es evidente. Sí, ya sé, pero no me había dado cuenta. Sí, ya sé lo que implica eso. No puedo agradecer lo suficiente a mi amigo Pablo Rodríguez que trajera esto a colación. Y la próxima vez que, al ver a un bobo que crea saber de algo, tengáis la tentación de decir que es un «Dunning-Kruger de manual», pensad que en algún lugar hay otro bobo que cree que sabe todavía menos de lo que sabe.

Comentarios

2 respuestas a «El efecto Dunning-Kruger no existe»

  1. Lee el artículo que enlazo al final, donde lo explica paso a paso. Puedes no estar de acuerdo, pero también tienes que estar en desacuerdo con [Gignac y Zajenkowski, 2020] y algunos más. En una discusión privada, me han mantenido que el «efecto Dunning-Kruger real» es la mayor dificultad de la gente con menor nivel de conocimiento para estimar su propio nivel de conocimiento, lo que es cierto (y se alinea bien con el sentido común), pero eso no es exactamente lo que suele entenderse por «efecto D-K» en los usos habituales.

  2. @blog Según he visto en el artículo que has enlazado, en el estudio que refutaba el D-K lo que hicieron fue comparar los resultados de los tests con el nivel académico de los sujetos. A mi entender, ahí hay otro error metodológico, puesto que el nivel académico alcanzado por una persona es consecuencia de variables como el nivel socioeconómico (muy especialmente en EEUU), y otras circunstancias personales. Todas esas circunstancias van a influir con seguridad en la autopercepción de las habilidades.